Cada vez somos más conscientes de que nuestra forma de vida y consumo debe ser más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. No porque nos haya invadido el espíritu del hipismo, si no porque de ello depende el futuro del planeta, literalmente. De ahí que numerosas empresas ya estén desarrollando tecnología y productos desde esta perspectiva, también en el ámbito de la arquitectura y la construcción. Un ejemplo de ello son las casas pasivas.
En api.cat te hemos hablado de varias casas ecológicas construidas en España, como la autosuficiente Casa Martina; la casa que consume lo mismo que una bombilla en la Sierra de Madrid; o la primera casa de madera construida en Barcelona, en pleno barrio de Gracia. Todas ellas han sido pioneras en algún sentido y todas ellas demuestran que hay un creciente interés por cambiar el paradigma energético actual. Podríamos decir que las casas pasivas son el futuro y estos son los motivos:
1. Reducen las emisiones de CO2
Las casas pasivas están diseñadas y construidas para que tengan el mínimo gasto energético posible: en general, consumen hasta un 90% menos de energía que una vivienda tradicional. Lo logran gracias a su diseño bioclimático, que consiste en hacer un estudio de las condiciones climatológicas y del entorno natural del lugar (horas de sol, orientación óptima, tipo de suelo, la frecuencia de lluvias, tipos de viento, etc.) para que en el diseño de la casa se aprovechen y optimicen todos estos recursos.
2. Son prácticamente independientes de la red eléctrica
Algunas casas pasivas son completamente autosuficientes, como la Casa Martina. Otras, tienen una mínima dependencia. Y decimos mínima porque en España se paga aunque produzcas tu propia energía mediante placas solares, por un lado las tasas que paga cualquier usuario de la red en su factura de la luz y por el otro, si no cambia, el llamado impuesto al sol. Pero esto es una peculiaridad que depende de cada país y afortunadamente, en el resto de Europa utilizar energías renovables no se penaliza si no que se recompensa con beneficios fiscales o subvenciones. No depender de la red eléctrica tradicional implica no estar sujeto a los constantes incrementos del precio de la luz y del monopolio de las grandes empresas eléctricas. ¡Casi nada!
3. Pueden tener beneficios fiscales
Como decíamos, en muchos países europeos se recompensa a los hogares que optan por construir casas pasivas que utilizan energías renovables a través de subvenciones o beneficios fiscales. Cabe esperar que dadas las evidentes ventajas, cada vez se sumen más países a esta iniciativa.
4. Tienen un aislamiento perfecto
Las casas pasivas se llaman pasivas porque su aislamiento térmico de altísima calidad, hace que la casa apenas demande energía para mantener una temperatura de confort (21º) en su interior, tanto en invierno como en verano. Los materiales que se utilizan para el aislamiento son todos naturales y se colocan de forma que evitan cualquier pérdida de frío o calor.
5. Son casas saludables
Además de los materiales naturales que no son tóxicos para la salud, las casas pasivas tienen un sistema de ventilación que permite que el aire se renueve sin necesidad de abrir las ventanas, aunque obviamente tienen ventanas y puedes abrirlas si quieres. Además, las empresas que construyen casas pasivas suelen hacer un estudio de los campos magnéticos naturales del suelo que cruzan el terreno donde se va a construir la casa. De este modo, pueden escoger la mejor distribución para estancias como el dormitorio, ya que está científicamente probado que las ondas pueden tener efectos nocivos para la Salud.
6. Calidad y diseño
Las casas pasivas se diseñan a gusto del cliente pero todas se hacen con materiales naturales de altísima calidad. Muchas personas tienden a pensar que al ser estructuras de madera son más frágiles, pero piénsalo… si se construyen en países como Finlandia, Suecia o Canadá con sus climas extremos, ¿No vas a resistir el clima de Lleida, Tarragona u otras ciudades españolas?
7. ¡No son más caras!
Es un falso mito creer que construir una casa pasiva es más caro que construir una casa tradicional de cemento y ladrillo. Fíjate: el precio medio del metro cuadrado de una vivienda tradicional en España se situó en los 1.457,9 €/m2 en el primer trimestre de 2015. Sin embargo, una casa biopasiva estándar que mida entre 180 y 200 metros cuadrados, cuesta aproximadamente 1.000€/ m2. Eso sí, contando que tengas el terreno.
¿Te animas a construir una en Girona?
Foto: Pinterest