¿Adoras tus muebles pero el tiempo los ha desfasado o están estropeados? ¿O estás harto de verlos pero no te puedes permitir cambiarlos en este momento? La solución es el tapizado. Tanto si buscas una opción económica para arreglar los muebles como si te resistes a tirarlos, tapizar es la mejor manera de renovarlos. Por ejemplo, el viejo comedor de tu piso de alquiler en Sant Cugat se tornará espléndido reemplazando la superficie de la mesa por una ligera de cristal, y tapizando las sillas con un moderno diseño. O un dormitorio aburrido se verá nuevo con un cabecero tapizado a juego con la descalzadora y las pantallas de las lámparas.
En el caso de que se trate de un mueble antiguo, es mejor que acudas a un profesional, aprovecha para que restauren la madera. Además de los desperfectos normales puede tener la estructura debilitada por el uso, o estar atacada por algún tipo de insecto, y amortizarás el coste con la revalorización del mueble.
Si es una pieza más moderna, puedes optar por hacerlo tu mismo, es muy sencillo: ármate de una grapadora, y puedes consultar algún video, como el que te dejamos al pie. A la vez, si el mueble está dañado puedes darle una mano de pintura o de barniz. Te quedará perfecto.
Casi todos son susceptibles de tapizar: sillas, butacas, taburetes, sofás, cabeceros, biombos, baúles, mecedoras, puertas de armarios, etc. También puedes, con cuero marrón o piel verde, renovar la tapa abatible de un bureau o la mesa de un despacho, e incluso convertir una vieja mesita en una mesa de juegos. Pero lo más habitual es escoger una tela. Para saber cuál utilizar, debes hacer unas cuantas consideraciones:
Sobre el uso: ¿Tendrá mucho o es una pieza meramente decorativa? El algodón es resistente al calor, a la abrasión y no acumula electricidad estática, se usa también en combinación con otras fibras. El cáñamo también es excepcionalmente resistente, y se fabrican con él muchísimos diseños. ¿Va a estar expuesta a mucha luz solar directa? En este caso, escoge un tejido que lo resista bien como el cáñamo, tergal o otros acrílicos o sintéticos , y evita el algodón y la lana que se decoloran con facilidad.
Sobre el diseño: ¿La habitación ya tiene otros textiles de estilo muy marcado? En este caso deberemos elegir telas que coordinen o que no molesten, por ejemplo, lisos de tono crudo. ¿Queremos que contraste? Pues todo lo contrario: un estampado de vivos colores y diseño ultramoderno, que imite las pieles animales, o unas amplias rayas blancas y negras, por ejemplo. ¿Y si queremos que sea muy original? Podemos ser únicos si usamos tapizados fotográficos: hay empresas que los harán exclusivamente para tí, en algodón muy resistente, con la imagen que tú quieras, por ejemplo, un skyline o una foto de tus hijos.
Sobre el material: hay tejidos naturales, sintéticos y artificiales, con distintas propiedades. Piensa si necesitas que sea lujoso (damasco, seda, otomán), suave (lana, pelo de camello, polar), o que no se manche (telas tratadas con alcántara o stein free, o plásticas).
Sobre el acabado: puedes escoger entre liso completamente, capitoné botonado o no, pulido con galón o pasamanería, o con un cordón de la misma tela (se hace con un bies relleno de cordel y pegado con cola).
Sobre el coste: la factura por terceros o una tela lujosa pueden subir un poco, si lo haces tu y aprovechas alguna tela de la que dispongas, el coste será casi nulo, también puedes pedir prestada la grapadora a algún amigo manitas. Si vas a comprar el tejido, escoge alguno de poco precio, puedes acudir a tiendas que las venden al peso, y si se trata de una sola pieza y necesitas poca, puedes encontrar en ellas materiales muy buenos y bonitos.
Anímate, coge la grapadora y da un aire nuevo a tu piso de alquiler en Lérida.
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