“Las palabras se las lleva el viento” aplícate este refrán si tienes tentaciones de alquilar un piso en Barcelona mediante un contrato verbal. Aunque no es ilegal, no es lo más recomendable si quieres alquilar con garantías y estar protegido ante la ley. Te contamos por qué en api.cat
Alquilar un piso en Tarragona mediante un contrato verbal no es ilegal, de hecho, la Ley de Arrendamientos Urbanos en su artículo 37 dice: “Las partes podrán compelerse recíprocamente a la formalización por escrito del contrato de arrendamiento […]”
La ley dice “podrán” (opcional), que no es lo mismo que “deben” (obligación). Por lo tanto, aclarado queda que un contrato verbal tiene la misma validez legal que uno que se firma por escrito, pero ¿es seguro? y ¿cómo se puede demostrar lo que se pactó en su momento?
En caso de conflicto o litigio, puedes demostrar que vives de alquiler en Girona mediante los correspondientes recibos mensuales de la renta de alquiler, que acreditan el tiempo que llevas viviendo de alquiler y cuánto pagas. Muy bien, pero más allá de esto, surgen otros problemas.
Imaginemos que acordaste alquilar un piso en Sabadell durante 5 años y de repente, el propietario quiere que te vayas antes. No tienes contrato por escrito, por lo tanto, no puedes demostrar lo que pactasteis y se convierte en tu palabra contra la suya.
Pues bien, cuando no hay acuerdo por escrito, los contratos se rigen por la Ley 4/2013, de 4 de junio, de medidas de flexibilización y fomento del mercado del alquiler de viviendas y no siempre te van a favorecer. Por ejemplo, en este supuesto la ley aplica la duración mínima, con una prórroga obligatoria de 3 años y uno de prórroga tácita.
Pero los problemas que te pueden surgir por no haber firmado un contrato son muchos y pueden llegar lejos, incluso al juzgado, donde tendrías que probar de forma fehaciente cualquier pacto verbal al que hubieres llegado con el propietario del piso. ¿Difícil, verdad?
Y es que imagínate que el propietario te acusa de haber roto algo y quiere que asumas el coste de la reparación, sin que ni siquiera haya un inventario de por medio o un pacto detallado de cuáles son los derechos y obligaciones de cada uno.
En definitiva, demostrar el contenido de un contrato verbal es algo engorroso, complicado y caldo de cultivo para los malentendidos y conflictos. Entonces, ¿por qué no optar directamente por un contrato por escrito?
Desde api.cat desaconsejamos los arrendamientos mediante contrato verbal y te animamos, incluso, a inscribirlo en el registro de la propiedad para contar con las máximas garantías ante la ley.
Foto: BIT Comunicació