A la hora de plantearse la venta de una vivienda, lo primero que debemos plantearnos es la forma de revalorizarlo. Revalorizar la venta de una vivienda es relativamente fácil. Fundamentalmente, se trata de evitar los signos del desgaste por el uso, actualizar sus instalaciones exteriores e interiores y retocar la decoración
Mejoras que revalorizan una casa
Unas de las mejores y más seguras formas de revalorizar la venta de una vivienda son la domótica y las mejoras energéticas. Según algunos estudios, implementando algunas mejoras en estos aspectos, la vivienda puede llegar a revalorizarse más de un 25 %.
Las obras enfocadas a conseguir mejoras en la eficiencia energética son algo más que una solución para el ahorro. La ley contempla la eficiencia energética con medidas establecidas, que se recrudecerán en los próximos años, penalizan el exceso de gasto y bonifican el ahorro. Optimizar la eficiencia energética de una vivienda requiere obras que no suelen ser baratas, como mejorar el aislamiento y renovar las instalaciones térmicas y eléctricas.
Mucho más sencillo y más barato es mejorar las instalaciones domóticas. Es una apuesta segura para revalorizar la venta de una vivienda. La domótica aporta calidad de vida a los habitantes de una vivienda, favorece el ahorro energético, aporta seguridad y nos permite monitorizar la casa sin estar en ella.
En contra de lo que se piensa, modernizar una vivienda con instalaciones domóticas no resulta carísimo. Por un 1 % del valor de una casa podemos conseguir que su precio de venta aumente el 25 % de su valor, lo cual resulta muy rentable.
Revalorizar con domótica para la seguridad
Los paquetes de seguridad más básicos incluyen sensores de movimiento, detectores de presencia o detectores de humo. A partir de ahí, podemos instalar cámaras, las cuales podremos manejar desde nuestro smartphone; para ver lo que pasa en nuestra casa, en tiempo real, mientras no estamos. Los sistemas de seguridad más sofisticados incluyen drones de vigilancia, dotados de cámaras HD y con infrarrojos, que sobrevuelan el interior y exterior de una propiedad.
Estos drones están conectados a un sistema de seguridad central con nuestros propios dispositivos y los de una agencia de seguridad o la policía; de tal forma que avisan al momento si hay algún intruso dentro del perímetro de la propiedad y, además, nos permiten verlo, para realizar una identificación.
Revalorizar con domótica para el ahorro energético
No todos los sistemas domóticos son tan sofisticados como los drones. Hay paquetes de ahorro energético que resultan muy sencillos y baratos de instalar. Incluyen la instalación de persianas eléctricas, que pueden programarse para subir o bajar a determinadas horas. Con las persianas programables podemos, por ejemplo, permitir que la casa se caliente durante el día y pierda menos temperatura durante la noche, lo cual se traduce en ahorro energético.
También podemos instalar un sistema de control remoto de temperatura. Con este sistema conseguiremos un ambiente con la temperatura ideal, cuando nosotros estamos, pero evitaremos el gasto de utilizar calefacción o aire acondicionado mientras la casa está vacía.
Podemos programar la temperatura que queremos para la hora en la que vamos a llegar a casa, sin necesidad del gasto de mantener funcionando los sistemas térmicos. El ahorro y la eficiencia de estos sistemas dependerán, directamente, del sistema de aislamiento de la vivienda. Cuanto más estanco sea, más eficiente.
Lo mismo pasa con la iluminación. Gracias a la domótica podemos controlar remotamente la iluminación de nuestro hogar y evitar un gasto energético innecesario.
Los estudios determinan que las viviendas que tienen instalaciones o equipos de gestión y control inteligente de la energía aumentan el confort del hogar y reducen su consumo energético y las emisiones contaminantes, Además, sus propietarios tienen un mayor control sobre el consumo y gasto. Esto contribuye a aumentar el valor final de la vivienda.
Sistemas domóticos para una casa inteligente
Actualmente, la automatización de una casa puede ser casi total. Existen sistemas centralizados que pueden dar órdenes a casi cualquier aparato electrónico de la casa. En este sentido, los electrodomésticos inteligentes han supuesto una revolución. Con un sistema domótico centralizado no necesitamos estar en casa para hacer la limpieza, colada y compra o cocinar. Solo necesitamos un dispositivo móvil y podremos influir desde cualquier lugar, desde el trabajo o mientras nos relajamos en un spa.
La domótica nos permite manejar a distancia la intendencia de una casa, pero también podemos usarla para el ocio. Por ejemplo, la programación de nuestra smart TV, para que nos grabe programas o proporcione listas de reproducción, con el fin de tener música cuando llegamos a casa, también es parte de la domótica.
Esta ventaja es una de las más llamativas para el usuario. Planificar cómo y cuándo usamos calefacción, iluminación y aire acondicionado repercute en un uso más concreto y personalizado. De esta forma, no se malgastarán recursos energéticos y las facturas de suministros se reducirán.
Revalorizar la venta de una casa con domótica
Planificar la implementación domótica en nuestra vivienda es una forma de preparar la casa para el futuro. Es comprensible que, gracias a ella, se revalorice su precio de venta, ya que produce en el comprador fuertes sensaciones positivas. Por ejemplo:
– Sensación de comodidad, de que la casa resulta práctica, funcional y, por supuesto, confortable.
– Sensación de que la casa está plenamente actualizada y se puede confiar en su habitabilidad, en cualquier aspecto.
– Sensación de que está comprando una casa para el futuro, dado que está preparada para los cambios tecnológicos por venir.
– Sensación de que la eficiencia energética supone una inversión, en lugar de un gasto; y los sistemas instalados van a suponer un medio de ahorro cada mes y, por lo tanto, una rentabilidad palpable.
Conveniencia de las instalaciones domóticas
Una casa automatizada con sistemas domóticos aporta a sus habitantes unos valores que se reflejan en el precio de la vivienda.
Confort: podemos personalizar la temperatura e iluminación y regularlas a nuestro gusto.
Seguridad: tenemos la tranquilidad de estar en una casa protegida.
Ahorro: ahorramos tiempo, ya que muchas de las actividades cotidianas se pueden programar; y dinero, puesto que nuestra casa es más eficiente.
Y lo más importante: es una apuesta firme a la hora de revalorizar el precio de venta de nuestra propiedad.