Apenas te das cuenta pero en tu día a día estás rodeado de dispositivos electrónicos, líneas de alta tensión, antenas telefónicas y señales wifi que emiten ondas sin cesar. Son campos electromagnéticos invisibles de baja, media o alta frecuencia que nos acompañan como garrapata a un perro todo el día y toda la noche. Pero, ¿Tienen un efecto nocivo para la salud? ¿Podemos vivir en un entorno urbano sin recibir tanto impacto de las ondas electromagnéticas?
La contaminación electromagnética (CEM), también conocida como electropolución, es un tema bastante desconocido para la mayoría de la población, pero no deberíamos ignorarlo, pues tras años de polémicas, ya hay estudios que demuestran que tiene efectos nocivos para la salud de las personas.
El el Dr. Robert Becker, científico dos veces nominado al Premio Nobel, afirmó ya en los años ’90 que sus efectos son peores que los de la contaminación atmosférica y los científicos Horst Eger y Ferdinand Ruzicka, llevaron a cabo un estudio en el que demostraron que, en las zonas donde hay grandes emisores electromagnéticos, los casos de cáncer se multiplican por 3 y la expectativa de vida de sus habitantes disminuye en 10 años.
Sin embargo, organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Comunidad Europea, a pesar de establecer límites legales y de seguridad para este tipo de contaminación, no ven la relación directa entre la electropolución y los problemas de salud que se le atribuyen: jaquecas, trastornos del sueño, la fatiga crónica, distintos tipos de alergias, lipoatrofia y cáncer.
No ven la relación directa, aún, ya que el fenómeno de estar tan expuestos a los campos electromagnéticos es relativamente nuevo. Hace 15 años ni el wifi ni la telefonía móvil estaban tan masivamente extendidos como ahora, por lo que los efectos más graves sobre la salud se verán, si los hay, a largo plazo.
Pero siempre hay pioneros, Francia ha prohibido recientemente el uso de redes wifi en escuelas de primaria y guarderías para prevenir los posibles efectos nocivos de la electropolución sobre los más pequeños.
Más vale que la OMS, la Comunidad Europea y otros organismos no se equivoquen, porque de ser verdad, estaríamos ante el mayor problema de salud pública de los tiempos modernos, ya que las ondas electromagnéticas están por todos partes y son imprescindibles para la actividad diaria de miles de empresas y personas.
Si te ha dado mala espina el tema y quieres tomar precauciones en tu casa en Barcelona ¡toma nota! Estas son las acciones preventivas que puedes tomar por tu cuenta:
- No colocar dispositivos eléctricos en la mesita de noche y a ser posible, evitarlos en el dormitorio. Por ejemplo, volver al despertador a pilas y dejar los móviles en el salón para que no emita ondas a menos de un metro de nuestra cabeza mientras dormimos. Se trata de que el espacio de descanso esté libre de aparatos eléctricos más allá del interruptor de la luz.
- Apagar el router wifi por la noche y siempre que realmente no lo uses. ¿Qué tal te ves volviendo a la conexión por cable?
- Substituir los teléfonos inalámbricos por teléfonos con cable.
- Si tienes bebés, aunque sea una decisión difícil, no deberías utilizar los sistemas de video vigilancia inalámbricos, que se suelen colocar al lado de la cuna.
- Instalar un dispositivo en el cuadro de luz que cuando detecta que no hay consumo, corta el suministro. Existen y se pueden encontrar en el mercado. Consulta a tu electricista de confianza.
- Solicitar los servicios de un experto para que mida las ondas que recibes en tu piso en Girona y poder estudiar medidas más profesionales.
- Irte a vivir a un entorno más natural y montarte una casa rural.
¿Qué te ha parecido el tema de la electropolución? ¿Lo conocías? ¿Es algo que te preocupa? ¡Déjanos tu comentario!
Foto 1: VidaSana
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