El espejo es un elemento que desde hace milenios forma parte del utillaje de higiene y cuidado personal, y desde el siglo XVI también de la decoración. Su peculiar “magia” los convirtió en moneda de cambio en expediciones que contactaron con tribus alejadas de la civilización, las cuales, fascinadas, entregaban a cambio sus riquezas. Si estás decorando tu piso de Sabadell, te contamos cómo incluirlos.
El Fengshui nos dice que pueden protegernos, pero también perjudicarnos: debe cuidarse mucho su uso. Los espejos Ba Gua nos defienden contrarrestando las malas influencias si se coloca el tipo adecuado sobre la puerta del baño (lugar de gran pérdida de chi), sobre la puerta de entrada (para favorecer el paso del chi a la vivienda), o en las ventanas (malas influencias de un edificio mayor que el nuestro), o de esquinas que apunten hacia nosotros. Pueden ser perjudiciales si reflejan situaciones negativas, el elemento fuego, o si son antiguos y han pertenecido a gente con “baja energía” (se dice que los espejos poseen memoria energética).
En nuestra época y cultura, no hay una casa en la que no se haya optado por decorar con espejos. En muchas es el primer elemento de contacto, lo encontramos ya en el recibidor (a veces un gran espejo veneciano constituye la única decoración de esta pieza). Por su funcionalidad tiene asegurado un lugar en el baño, donde encontraremos desde un espejo mural con flexo a una pared completa de losetas de espejo, pasando por uno tipo camerino, u otro que oculta un armario tras él.
Según avanzamos en la vivienda, lo iremos encontrando en pasillos y salones, colgado como un cuadro o forrando paredes. En los dormitorios, espejos de pie nos permiten contemplar nuestro vestido, o espejos de pared coronan un tocador. Las puertas correderas de los armarios roperos son a menudo de espejo. En los antiguos armarios de alcoba era habitual que quedara oculto en el interior (si lo incorporaban en el exterior se llamaban “de luna”).
Ubicados junto a las ventanas multiplican la luz, son muy efectivos en viviendas poco iluminadas o con decoración muy oscura. Se suelen colocar en sitios estratégicos, de prestigio, por ejemplo sobre la chimenea o el sofá, para que centren la atención y reflejen las zonas más bonitas de la habitación. No es nada oportuno colocarlos frente a una pared desnuda, puesto que entonces tendrán un reflejo monocromático que no lucirá. Evidentemente, tampoco deben colocarse frente a espacios feos o deteriorados, puesto que nos duplicarían ese defecto.
Para ampliar el espacio en ambientes pequeños, se puede cubrir de espejo una pared completa, una puerta o todo un panel del baño. Hay modalidades adhesivas que nos permitirán hacerlo nosotros mismos con muy poco esfuerzo. Es tendencia el forrado de muebles pequeños, mesitas o cómodas auxiliares. También se están incorporando a la decoración de la mesa como manteles individuales o bandejas, resaltados con lamparitas o velas.
Son muy dúctiles, admiten todos los tamaños, y se pueden colocar también en grupos: por parejas, o muchos juntos en la misma pared, de medidas variadas y con marcos de distintos estilos, formando un collage. En cualquier caso, no se suelen agrupar muchos espejos redondos: esta forma le da una cierta cinética que no es conveniente potenciar porque resulta agobiante. Espejos muy grandes pueden decorarse con bordones, o semi tapar con telas lujosas a modo de gran fular, con dos laterales en caída y una banda colgante entre ellos. Si al colgar un espejo de gran tamaño pierde la verticalidad y se inclina un poco hacia el suelo, se corre el riesgo de reflejar demasiado esta zona y no es estético, hay que comprobarlo y en su caso, corregirlo.
Los más lujosos son los de estilo veneciano, con lunas superpuestas biseladas y talladas, y marcos trabajados con acabados en oro, plata u otro metal. Comparten trono con las cornucopias, espejos rococó forrados en pan de oro con candelabros a los lados. El art-decó nos dejó ejemplares muy bellos, y también el modernismo. Pueden ser de formas regulares (rectangulares, redondos, ovalados, etc.), pero corrientes más modernas nos dejan contornos asimétricos, con diseños de firma realmente espectaculares, con marcos emplomados, de forja, con teselas o simplemente sin marco, recortados con estilo (perfectos para ambientes minimalistas).
El reciclaje ofrece muchas opciones, con marcos de factura del “hazlo tu mismo” de materiales tan variados como papel, corcho, ramas, o unas sencillas pinzas de tender. Otra opción decorativa para tu casa de alquiler en Barcelona es pintarlos parcialmente o combinarlos con vinilos. ¡Cuéntanos cómo son los tuyos!
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