La relación entre propietario e inquilino no siempre es idílica. Por eso, habrá quién piense que, si el propietario de tu piso de alquiler es un amigo o conocido, todo será mejor. Pues cuidado, porque como todo en esta vida, tiene sus ventajas e inconvenientes.
Que el propietario del piso de alquiler en Barcelona donde vives, sea tu amigo o una persona muy conocida, aparentemente suena muy bien. Es más, suena a una relación beneficiosa para ambas partes. Sin embargo, él/ella sigue siendo el propietario/a y tú, el inquilino/a y vuestros intereses podrían cruzarse en algún momento (o no).
Probablemente, no te subirá el alquiler
Si te conoce, sabe de qué trabajas, cuáles son tus gastos y ve que no despilfarras porque tratas de ahorrar, es probable que le sepa mal subirte el alquiler. Y si además es un amigo/a no lo hará, porque el mal trago de pedírtelo le pesará más que ese dinero extra.
O sí, y te dolerá más…
Quizás tu amigo/a quiere separar muy claramente una cosa de la otra y llegado el momento de renovar el contrato, te sube el alquiler. Quizás el mercado ha variado mucho y lo entenderás, pero es más probable que te duela más viviendo de un amigo/a. ¿Verdad?
Entrará a tu casa y observará
Si hay una relación de amistad es probable que el propietario/a de la vivienda venga a tu casa, ¿no? En cenas con otros amigos, a tomar una cerveza… Y verá cómo lo mantienes y si eres cuidadoso/a. Sin embargo, un propietario desconocido no puede acceder a la vivienda sin tu permiso. ¿Eso es un problema para ti?
Podría entender un retraso en el pago del alquiler
Otra ventaja de que el propietario de tu piso de alquiler sea un amigo es que, si de repente pasas por una mala racha económica o tienes una dificultad puntual, podrá entenderlo. Es probable que te deje pagar más adelante, cuando puedas o incluso fraccionarte la renta para hacértelo más fácil. Eso da cierta tranquilidad, ¿no crees?
Cuando algo se estropee, te lo arreglará más rápidamente
Lo típico que puede pasar en cualquier piso de alquiler: se avería algún electrodoméstico, hay un fuga de agua o aparecen humedades. Si el propietario es un amigo, lo tienes a mano, así que no le tendrás que perseguir. Y como no le gustará que vivas incómodo/a, tratará de arreglar esa avería lo antes posible en honor a vuestra amistad.
O abusará de la confianza y no tendrá tanta prisa
Es lo que tiene la confianza, que tanto puede contribuir a que se de prisa como a que te haga esperar más de lo normal, porque eres su amigo/a y tendrás que entender que tiene otros problemas prioritarios.
Puedes permitirte sentirte menos inquilino (o no)
Cuando vives de alquiler, la presión de conservar el piso tal y como se te entregó puede ser más ligera si el propietario/a es tu amigo. Porque llegado el momento de irte, sabes que te devolverá la fianza y que no te tirará en cara que la pared tenga algunas rayadas del roce de los muebles, por ejemplo. O al contrario, quizás tu voluntad de corresponderle te haga vivir con más tensión en este sentido.
¿Qué te parecería que el propietario de tu piso de alquiler sea un amigo/a?
Foto: BIT Comunicació