Cuando pensamos en la seguridad de nuestra casa nos viene a la mente la puerta blindada de la entrada, el extintor o la ballesta de la terraza. Pero otros peligros nos acechan en el hogar. ¿Sabes si tu casa es tóxica? ¿Tienes contaminación química? ¿O electromagnética? La respuesta es casi seguro que es sí, aunque tal vez no lo sepas. Vamos a contarte qué elementos de tu casa son peligrosos para tu salud y la de tu familia, y el porqué.
Seguro que ya eres consciente de ciertos elementos perjudiciales para tu bienestar, como el humo del tabaco, la contaminación atmosférica, los transgénicos o los aditivos que acompañan tu comida. Pero hay mucho más: la contaminación por productos químicos nocivos o por radiaciones electromagnéticas puede estar invadiendo tu hogar, veamos en qué consiste y dónde se encuentra:
Contaminación química: La llevan a cabo sustancias tóxicas, que provocan desde rinitis o alergias a cánceres de varios tipos. Son especialmente dañinos en mujeres embarazadas, ya que sus efectos se trasladan al feto en el seno materno con muy graves consecuencias. Alteran el equilibrio hormonal, y atacan el sistema inmunológico, nervioso o endocrino, después de que se inhalen, ingieran o adquieran por contacto a través de la piel.
Las hay en el polvo, las paredes, la pintura, el pegamento… Están presentes en muebles, cortinas y moquetas, en el aire y en el agua del grifo. Las incorporan bombillas, sartenes y colchones, e incluso los electrodomésticos y los juguetes de los niños, ya que forman parte de los plásticos y sus acabados.
Ambientadores y cosméticos los contienen, desde el gel al desodorante pasando por el dentífrico y el perfume. La nevera, la despensa y el armario de la limpieza están plagados de ellos, incluso tal vez la ropa y el calzado que llevas en este momento.
Se trata de metales pesados, retardantes de llama, bisfenoles, ftalatos, compuestos volátiles, hidrocarburos, almizcles, disolventes, derivados del flúor, y muchos otros. En la comida, colorantes, saborizantes, edulcorantes, envases, conservas, productos tratados con radiación o genéticamente.
Verduras y frutas llegan al mercado tratados con pesticidas terriblemente tóxicos. La carne de aves, reses y pescados, que han sido alimentados con piensos tóxicos para nuestro organismo, está contaminada además con medicamentos (vacunas, antibióticos, productos para el engorde y la retención de líquidos, etc.).
Pero no acaba aquí, puesto que también existe la contaminación electromagnética: ésta se produce a través de las emisiones de radiaciones y campos magnéticos de aparatos e instalaciones.
Sus efectos son igualmente muchos y dañinos: desde vértigos y náuseas al síndrome de hipersensibilidad química múltiple, que obliga a quienes lo sufren a vivir en “burbujas”, aislados de todo. También provoca cánceres y alteraciones de los sistemas cardiovascular, endocrino, inmunológico o nervioso.
La generan los dispositivos electrónicos, los móviles y los teléfonos inalámbricos, los interfonos y los hornos de microondas. También los ordenadores y sobre todo las redes wifi, especialmente dañinas. Incluso los aparentemente inocuos televisor y lavadora, y tal vez la propia instalación eléctrica de tu piso de Terrassa. Ya en el exterior, torres de alta tensión, antenas de telefonía móvil y zonas geográficas donde hay presencia de gas radón en el subsuelo. En fin, la lista es larga.
Es muy difícil evitar todos estos contaminantes, pero sí que podemos implantar medidas para eliminar unos y minimizar otros, en un artículo posterior os contaremos cómo. Lo más importante es tomar conciencia de su existencia para poder empezar a hacer de nuestros hogares un lugar más seguro.
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1 comment
Así es, amigo, esperemos que se vaya divulgando y seamos más conscientes de este tema. Gracias por seguirnos