Cuando un propietario/a arrienda su vivienda quiere que todo salga bien. Encontrar a un inquilino solvente, confiable y que cuide de la vivienda como si fuera su propia casa. Pero, a veces, se tuercen las cosas y no queda más remedio que resolver el contrato. Te contamos 5 de los principales motivos de resolución de un contrato de alquiler.
1. El impago de la renta
El impago de la renta es el principal motivo por el cual un propietario acaba resolviendo el contrato de alquiler. Es lógico, pues es el incumplimiento del principal propósito del arrendamiento. Según Montserrat Junyent, asesora jurídica de los Colegios y Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña API : “En estos casos, si no se puede llegar a una solución dialogada, lo mejor es interponer una demanda, ya que los plazos judiciales son lentos y los meses caen rápidamente.”
2. Subarrendar la vivienda sin permiso
Como te hemos explicado muchas veces desde las noticias inmobiliarias de Api.cat, no se puede subarrendar una vivienda sin el consentimiento expreso del propietario. Esto es, sin duda, motivo de resolución del contrato. En este sentido, Montserrat Junyent apunta que los más graves serían los casos de pisos patera:
“En determinados barrios, se dan casos de inquilinos que subarriendan habitaciones indiscriminadamente y convierten la vivienda en un piso patera, donde viven familias enteras o varias personas en una misma habitación para lucrarse con la necesidad de las personas.” En este supuesto, lo más aconsejable es interponer una demanda lo antes posible.
3. Daños graves ocasionados por el inquilino
Obviamente, no nos referimos a daños menores, si no daños lo suficientemente graves (que afectaen a elementos estructurales o a la configuración de la vivienda) como para que el propietario considere que esos inquilinos deben abandonar la vivienda.
4. Actividades ilegales, molestas o nocivas
Imagina que eres propietario y te enteras de que el inquilino que ocupa tu vivienda lleva a cabo en ella una actividad ilegal, monta fiestas muy molestas para los vecinos, almacena o manipula sustancias peligrosas o que sufre el síndrome de Diógenes, por poner algunos ejemplo. En la opinión de Montserrat Junyent, en estos supuestos, y según la gravedad de los hechos, antes de interponer una demanda se podría mandar un requerimiento previo para darle la oportunidad al inquilino de solventar el problema.
5. Tener animales cuando no está permitido por contrato
En muchos contratos de alquiler se prohíbe expresamente tener animales. No obstante, luego, el inquilino puede cambiar de opinión y meter en la vivienda una mascota. Sí, puede ser un motivo de resolución del contrato, pero como apunta Junyent, hay casos en los que poner una demanda no compensa:
“A día de hoy, los propietarios deben tener en cuenta que, la duración de un contrato de alquiler, es tan corta que, en muchos casos, ni siquiera compensa interponer una demanda. Los plazos judiciales son lentos y entre que se interpone la demanda y se resuelve el proceso, es muy probable que el contrato de alquiler llegue a su término, antes de la resolución definitiva del litigio de manera que el propietario podrá resolver la situación ejerciendo su derecho a no renovarlo.”
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