La arquitectura ha sido una de las formas que China ha utilizado para demostrar su poder económico al mundo. Ahora, parece que se le ha ido de las manos y quiere prohibir la construcción de más edificios extravagantes. Te contamos por qué en las noticias inmobiliarias de Api.cat
Varias veces te hemos hablado en Api.cat de edificios insólitos o arquitectura futurista, pero lo que está pasando en China es otra historia. La cantidad de construcciones con formas raras se ha convertido en algo casi habitual.
Entre los más conocidos hay un hotel, el Tianzi, con forma de tres dioses gigantescos; una bodega alojada en un edificio con forma de botella de licor; el Museo del Té Meitán tiene forma de tetera y el Centro de Energía, de flor de loto (quizás el más artístico y menos estrambótico). ¿Te imaginas un edificio así en Barcelona?
Las peores críticas se las ha llevado el rascacielos que aloja la sede del periódico oficial del régimen, que ha costado alrededor de 200 millones de euros. Pero la gota que ha colmado el vaso y ha abierto el debate sobre la exageración de la arquitectura en China, ha sido un edificio con forma de pantalón.
El gobierno chino cree que hay una excesiva proliferación de edificios enormes y estrambóticos en el país. Por eso, ha aprobado una directiva que prohíbe la construcción de más edificios de este tipo para incentivar la construcción de edificios que sean funcionales, con un gusto estético más coherente y respetuosos con el medio ambiente.
No obstante, el poder de inversión que tiene China para proyectos de construcción y diseño también da pie a creaciones como el estadio olímpico de El Nido, considerado uno de los mejores edificios de la arquitectura contemporánea. La idea de las autoridades chinas es aprovechar este potencial económico para deslumbrar con ejemplos con un mejor gusto.
¿Qué te parece esta medida?
Fotos: BIT Comunicació y Urbanpeek