En Api.cat nos interesa todo lo que está relacionado con la vivienda y los gastos asociados a ella. En esta ocasión nos ocuparemos del agua caliente sanitaria, es decir, de aquella que utilizamos tanto para la higiene personal como para la limpieza del hogar, como por ejemplo, la que empleamos para la lavadora o el lavavajillas. Veamos qué sistemas de calentamiento tenemos a nuestra disposición y qué conductas favorecen un uso correcto del agua y de la energía necesaria para calentarla.
Consumo energético
¿A cuánto asciende la factura del agua de tu piso de Viladecans? ¿Y la del gas o la luz? Seguramente, a más de lo que te gustaría. Dependiendo del sistema que utilizas para calentar el agua, será tu factura del gas o la de la luz, la que refleje un uso controlado o excesivo del agua caliente sanitaria.
Los expertos apuntan a que aproximadamente un cuarto del consumo energético de una vivienda media se atribuye al agua caliente sanitaria, la cual, por regla general, procede de la instalación del edificio.
Si además tenemos en cuenta las subidas del sistema de tarifas actual, el control del consumo energético se revela como una medida de ahorro determinante para cualquier economía doméstica.
Sistemas de calentamiento de agua
Para darse una ducha o encender la lavadora utilizamos agua caliente. Ahora bien, la forma en que la calentamos puede ser, o bien utilizando gas, o bien, electricidad. Además, en el mercado existen diferentes tipos de aparatos de calentamiento: instantáneos, por acumulación y mixtos. En general, el criterio para elegir uno u otro debería ser el número de personas que utilizarán el sistema y la intensidad con que lo harán.
- Sistema de acumulación. Son las calderas y los termos. Mantienen el agua caliente en un depósito para ser utilizada en cualquier momento. ¿Cuándo son los acumuladores la mejor opción? Cuando el uso de agua caliente es elevado y frecuente.
- Sistema de calentamiento instantáneo. En este caso, hablamos de los calentadores que calientan en función del uso que se va a hacer. Tienen un coste energético más reducido que los acumuladores, pero sólo es recomendable para familias numerosas.
- Sistemas mixtos. Como su nombre indica, combinan los dos sistemas anteriores.
Ahorrar con cabeza
Un buen uso del agua caliente en el hogar puede contribuir a reducir el consumo energético tanto como elegir un sistema u otro de calentamiento. Estos son algunos de los hábitos que miran por tu factura energética:
- Cierra siempre los grifos.
- Usa la lavadora y el lavavajillas sólo cuando estén llenos.
- Cubre tu calentador eléctrico con una manta aislante.
- Arregla rápidamente las goteras.
- Elige una temperatura templada.
- Instala sistemas de ahorro del caudal en los grifos como por ejemplo un regulador.
- Solicita una revisión de la instalación del gas una vez al año.
Como ves, no se trata estrictamente de reducir el uso del agua caliente, si no de optimizar el que ya estás haciendo. Elegir el sistema adecuado de calentamiento y llevar a cabo un serie de buenos hábitos de consumo energético, sin duda, reducirán tus próximas facturas.
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Fotos: BIT Comunicación