Lo sabemos. Un vestidor es ese sueño que nosotros, meros mortales, no siempre podemos alcanzar. En unas ocasiones la falta de espacio y, en otras, la de dinero, actúan como obstáculos insalvables para conseguir esa habitación que nos haría sentir como auténticos protagonistas de cine. Porque… ¿a quién no le gustaría hacer de ‘Pretty Woman’ en su propia casa?
La buena noticia es que para tener un vestidor no necesitarás ni mucho dinero ni mucho espacio. Basta con tener mucha imaginación, que no es poco…. Y un poco de dinero. Bueno, vale.
Pero que conste que las alternativas que te proponemos están al alcance de cualquier bolsilllo. Si tienes un pequeño pero coqueto piso en Reus y quieres darle un toque sofisticado, no necesitarás una habitación libre, ni tampoco un armario de cinco metros de largo. Presta atención, porque en Api.cat vamos a demostrarte que un vestidor es un lujo que puedes permitirte.
Opción 1: Crear un vestidor en tu armario
Aunque no lo creas, hay armarios que tienen más estilo que una boutique de moda de Rodeo Drive. Claro está, necesitarás un armario grande y, a poder ser, uno que esté pidiendo a gritos una renovación. Si así es, aquí tienes algunos truquitos que harán que un armario soso se convierta en un vestidor con mucho encanto:
- Limpia tu armario para hacer hueco. Separa aquellas prendas que vale la pena tener colgadas, de la ropa que puede estar doblada en cajones o incluso de la que te puedes deshacer. Es fundamental que escojas un vestuario que te haga sentir bien contigo misma (o mismo) y este es el mejor momento para deshacerte de aquello que te iba, pero no te va.
- Mejor copiar bien que inventar mal. ¡Para algo trabajan los diseñadores del mundo!Busca por internet, empápate de la revistas de decoración… la cuestión es dar con el estilo que más se ajuste a tu personalidad.
- Plantéate iluminar tu armario-vestidor. No nos engañemos. Encontrar las cosas en un armario de tamaño estándar no es que sea muy complicado. Pero quizás un LED colocado en una zona estratégica pueda añadir un toque sofisticado. ¡Permítete el placer!
- Sé funcional. Si pretendes maximizar el espacio, deberás reflexionar sobre cuáles son tus necesidades reales y cómo satisfacerlas de la manera más funcional. Por ejemplo, seguramente te parece que un vestidor sin espejo no es un vestidor y estás dispuesto incluso a sacrificar una pared de tu habitación para ello. No hace falta, realmente. Puedes colgar un espejo de dimensiones más reducidas en la parte interior de la puerta de tu armario. No te quitará espacio innecesario y cumplirá la función a la perfección. Otra idea podría ser instalar un perchero extraíble que te permita acceder a todas tus prendas de forma sencilla.
- Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa. Orden y concierto. Si quieres empezar el día con alegría y buen humor, no permitas que toda tu ropa esté revuelta. Coloca en tu armario cajas de plástico en las que puedas clasificar la ropa por tipos o por temporadas y guarda las mantas en prácticas bolsas envasadas al vacío; pon divisores en tus cajones para que puedas tener la ropa interior perfectamente organizada; guarda los zapatos en cajas etiquetadas. ¡Todos estos detalles permitirán que te vistas en un santiamén!
- Busca el toque chic. ¿Qué te parece un organizador de joyas? ¿o has pensado en forrar los frontales de tu armario con un llamativo papel de colores? A veces, son esos pequeños detalles los que marcan la diferencia. Si cuentas con algo más de espacio, puedes incluso adquirir un viejo maniquí de tienda en un mercadillo y colocarlo en algún hueco en tu habitación… y sino, siempre puedes optar por no ponerle puertas a tu armario y tenerlo todo a mano. ¿Chulo, eh?
Opción 2: Crear un vestidor en un rincón de casa
No desesperes. Si has llegado hasta aquí, ya sabes que transformar un espacio es algo más que colocar unos cuantos muebles caros y accesorios inaccesibles para presupuestos modestos. A veces basta con un par de toques imaginativos para convertir una espacio aparentemente ordinario en un precioso y coqueto rincón. Y lo mejor de todo es que es posible que no tengas ni siquiera que comprar nada.
Observa a tu alrededor. ¿Seguro que no tienes una vieja alfombra guardada en el trastero? ¿Y qué me dices de aquel perchero de la casa de pueblo de tu abuela, todo descascarillado? ¡Pues estás de suerte! Con cinco o seis objetos básicos podrás recrear el ambiente de un vestidor en tan sólo un par de m2.
Aquí tienes algunas ideas:
- Un espejo grande. Imprescindible. ¿Conoces a alguien que salga de casa sin haberse mirado antes en el espejo? Nosotros, no. Si este es también tu caso, no olvides colocar uno en tu rincón-vestidor. Y si no tienes uno, hay opciones realmente asequibles en el mercado.
- Un pequeño banco, puff o silla. Si tienes una ventana cerca, orienta la silla hacia el espejo y podrás incluso maquillarte aquí (o peinarte… o desfilar con el último modelo que te hayas comprado).
- Un colgador de pared. Con uno para colgar la ropa del día siguiente tienes más que suficiente. Si tienes mucho espacio donde colgar, pronto estará lleno de abrigos, bufandas y pañuelos y parecerá una horrible maraña de tejidos varios.
- Una alfombra de tacto agradable. Piensa que la idea es que te vistas allí, así que mejor que sea de pelo suave, porque estarás descalzo.
- Una pequeña mesa. O quizás aquel taburete en desuso que tienes en el balcón.
- Algún objeto decorativo bonito. Un marco de fotos de plata antiguo, un jarrón con una flor bonita o un joyero.
- Un par de cuadros, fotografías o dibujos. Una fotografía bonita en blanco y negro de aquel viaje que nunca olvidarás o el dibujo que tienes guardado de cuando tu hijo tenía dos años harán que este pequeño rincón sea íntimo y acogedor.
Combinando estos objetos (o cualquier otro que se te ocurra) tendrás un estupendo vestidor al uso. No sólo eso, si sabes combinar los elementos con sabiduría – o con un mínimo de gracia, tampoco hace falta ser decorador de interiores- este rincón añadirá mucha vida a tu casa.