Muchas personas tienen dudas a la hora de comprar ático o planta baja como vivienda habitual y es normal, puesto que ambas opciones tienen atractivos que las hacen deseables frente a los pisos en plantas intermedias.
Antes de llevar a cabo la compra, hay que tener en cuenta que los mismos elementos que suponen una ventaja, pueden tener cara y cruz y convertirse en inconvenientes, por lo que es muy recomendable analizar tanto los pros como los contras de estos tipos de viviendas.
Para saber cuál es la mejor opción a la hora de decidirnos entre comprar ático o planta baja, realizaremos un pequeño análisis de lo mejor y de lo peor de ambas opciones. Tanto vivir a ras de suelo en un bajo como en las alturas en un ático tienen cosas buenas y cosas malas y al final, la decisión estará marcada por lo que más se adapte a la personalidad y al estilo de vida del comprador.
Vivir en una planta baja
Vivir en una planta baja puede resultar muy cómodo para familias que tengan niños o alguna persona mayor con poca movilidad. La accesibilidad es un factor para tener muy en cuenta, así como su precio. También suelen tener espacio extra, lo que resulta muy atrayente, pero no todo son ventajas, también hay algunos inconvenientes.
La ventaja del precio
Antes de decidirte entre comprar ático o planta baja tienes que conocer sus ventajas. La primera ventaja de las plantas bajas y quizás la más llamativa es el precio, ya que las plantas bajas suelen ser más económicas que los pisos superiores. La razón de que resulten más baratas es la costumbre histórica de destinar las plantas bajas para su uso como porterías, almacenes o como vivienda de los trabajadores de los edificios. Hace unas décadas, en pleno boom inmobiliario, se vendieron muchas plantas bajas como viviendas que no cumplían todos los requisitos de habitabilidad y eso dio bastante mala prensa a este tipo de viviendas, pero no tiene nada que ver con la realidad actual, ya que las plantas bajas pueden estar tanto o mejor acondicionadas como cualquier otro piso.
Óptima accesibilidad
Una de las grandes ventajas de vivir en una planta baja es su accesibilidad. Al estar a pie de calle, es mucho más cómodo el acceso, evitado escaleras y ascensores, lo que resulta una importante comodidad para familias con niños pequeños o con personas mayores.
Los patios, espacios multiusos
Otra ventaja destacable es que, por lo general, incluyen un espacio adicional en forma de patio, que resulta tanto o más útil que una terraza, ya que es menos peligroso si hay niños, o un jardín, puesto que es más limpio, pudiendo realizarse casi las mismas actividades en ambos. La única desventaja de estos patios es que al estar en las zonas interiores de los edificios tengan poca privacidad y en ocasiones se pueda encontrar vecinos molestos.
Las humedades de los bajos ¿realidad o mito? Muchos compradores destacan los problemas de humedad como uno de los principales inconvenientes de vivir en un bajo y, la verdad es que puede ser cierto. Que un bajo tenga o no humedad depende principalmente de las condiciones de construcción y el mantenimiento del edificio. La orientación y la climatología de la zona también influyen bastante y en zonas de mucha lluvia, es probable que encontremos bajos que puedan tener problemas. La clave está en informarse adecuadamente sobre el edificio antes de realizar la compra.
Desmontando mitos: humedades e inseguridad de los bajos
Otro de los mitos sobre las plantas bajas es el relativo a la seguridad. Este aspecto tiene varios puntos de vista. Por un lado, sí es verdad que vivir a pie de calle puede parecer más inseguro, pero, por el contrario, las viviendas de las plantas bajas disponen normalmente de mejores medidas de seguridad que el resto de los pisos, como puertas y ventanas especiales y, en algunos casos, rejas en ventanas y sistemas de seguridad adicionales.
Los áticos, las viviendas más exclusivas
Vivir en un ático es bastante exclusivo, ya que suele ser la vivienda más cara del edificio y eso a pesar de que tienen bastantes desventajas. A continuación, vamos a hacer un análisis para determinar qué es lo que hace de los áticos unas viviendas tan deseadas y qué ventajas e inconvenientes ofrecen al comprador para decidir comprar ático o planta baja.
A simple vista, la luminosidad es el factor que hace de los áticos uno de los más preciados objetos de deseo para los compradores de viviendas. También el hecho de que muchos de ellos cuenten con balcones y terrazas. Todos estos factores, igual que en el caso de los bajos, tienen su lado positivo y el negativo.
Buscando la luminosidad
Si destacamos la luminosidad como la gran ventaja de vivir en un ático, también hay que contemplar el deterioro que la luz solar puede causar en el interior de una vivienda, lo que influye negativamente en su mantenimiento.
Una climatización adecuada
Y si en el caso de las plantas bajas, señalábamos que un bajo mal acondicionado puede sufrir problemas de humedad, en el caso de los áticos, uno mal acondicionado expone la vivienda a cambios extremos de temperatura, dependiendo de la climatología exterior. Un ático que no esté debidamente aislado puede suponer un importante gasto para que vivir en él resulte confortable, tanto de calefacción en invierno, como de aire acondicionado en verano.
El encanto de las terrazas
La terraza es otro de los atractivos de los áticos. Tiene sus “peros”: hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos, la superficie de las terrazas se resta de la superficie total de la vivienda. Por ello, las terrazas no siempre son un espacio extra, como en el caso de los patios de las plantas bajas, sino, simplemente, un uso diferente del espacio destinado a vivienda.
Las terrazas pueden ser también un punto flaco de la seguridad, ya que desde ellas se puede acceder al interior sin medidas de seguridad, por lo que los áticos no son viviendas más seguras que el resto.
¿Cuál es la mejor opción?
No hay una mejor opción. Hay que analizar cada caso, cada edificio y así saber si comprar ático o planta baja es una buena o mala idea.