Lejos del barroquismo que inundó la decoración de los hogares hace varias décadas, emergió una tendencia decorativa que se convirtió en su antítesis. El minimalismo ha enamorado (y sigue haciéndolo) a varias generaciones y existen múltiples razones para ello. Para empezar, destaca la gran apuesta que se hace por el espacio, donde solo se van a incluir elementos que aporten funcionalidad, pero sin que esto implique renunciar a todas las prestaciones que son necesarias en cualquier hogar.
Este estilo decorativo ha llegado a convertirse en una forma de vida, donde la simplicidad, la vanguardia y la elegancia van de la mano. Por este motivo, continúa siendo uno de los más demandados en la decoración de interiores. Los motivos son múltiples. Se apuesta por líneas puras y rectas, pero acompañándolas de volúmenes simples y geométricos que aporten los contrastes que deseamos.
Todo lo que incluyamos en nuestros espacios va a tener una razón. El mobiliario será el preciso y necesario, lo que permite ganar profundidad. Suele caracterizarse por hacer uso de muebles estilizados, más anchos que altos, fabricados en madera, cristal o acero. Otros de los materiales predilectos son la piedra o el cemento pulido.
La iluminación es fundamental en este estilo. Se apuesta por el uso de la luz natural y la artificial se convierte en otro elemento decorativo más. Pero recuerda que todo en su justa medida. Por lo que evita sobrecargar tus estancias con lámparas sin ningún tipo de sentido.
Los colores que aplicamos en las paredes tienen como finalidad maximizar la sensación de amplitud que tenemos en nuestras estancias. Por ello, las principales apuestas incluyen El negro, el blanco o el beige. Al crear unos espacios monocromáticos, se consigue resaltar las características propias del mobiliario y los pocos elementos decorativos que incluyas en cada una de las estancias. Por lo que se logra aportar el protagonismo a lo que realmente importa.
Las sensaciones armónicas que trasmiten las casas minimalistas, hacen que sean los espacios ideales para desconectar del continuo estrés de nuestras vidas y contactar con nuestro equilibrio interior.