Si tienes entre 20 y 40 años y has sido estudiante universitario, te has ido a vivir a otra ciudad en busca de nuevas oportunidades, o simplemente no te llega el dinero para vivir solo, seguramente hayas terminado compartiendo espacio vital, nevera, sofá, baño y otras tantas cosas con tus compañeros de piso, esos personajes variopintos que para bien o para mal, dejarán huella en tu vida. En api.cat te describimos 5 perfiles de compañeros de piso, con los que probablemente ya hayas convivido.
El fiestero
Su existencia consiste en cultivar su vida social, cuidar su imagen y salir de fiesta por Barcelona siempre que pueda. A menudo las empieza o termina en casa, pero probablemente no pregunte a los demás compañeros de piso si les molesta, ni le preocupa dejar 30 latas de cerveza y montones de colillas de cigarro durante los sucesivos días a modo de exposición.
Sabrás que es un auténtico fiestero si tiene horarios que van al revés del mundo, se alimenta de precocinados y trae gente a casa que te empiezas a cruzar por los pasillos en extrañas condiciones, por ejemplo, saliendo del baño en ropa interior como pedro por su casa. Su agenda siempre está muy ocupada y conoce a todo el mundo. Sobrevivir con uno de estos especímenes es complicado, a no ser que el piso sea tan grande que no te molesten sus rutinas inversas.
El histérico de la limpieza
Es el que vive con la fregona en la mano y no cree que tenga un trastorno obsesivo compulsivo, si no una virtud. Es incapaz de relajarse si hay algo que limpiar delante de sus narices y mirará mal a todo aquel que no siga la religión del ‘mocho’.
Por un lado, todos queremos un histérico de la limpieza en casa porque te garantiza tener un piso impecable y además, te ahorra el marrón de tener que ser tú quien recuerde a los demás la necesidad de que cada uno cumpla con sus tareas semanales. Por el otro, puedes acabar sintiéndote perseguido porque como no soporta el desorden, lo acabará haciendo él con mala cara o se encargará de recordártelo hasta que lo hagas. Difícilmente compartirá piso con un ‘fiestero’ pero si no le queda elección, sufrirá y mucho.
El fantasma
Son ‘fantasmas’ porque no te darás cuenta ni de que viven contigo. Suelen ser personas muy ajetreadas, que trabajan y estudian o bien se pasan el día entre la facultad y las prácticas. Solo les verás por casa por las mañanas a punto de salir por la puerta o por las noches, cuando tu ya estás cenado y en pijama, y aparecen cargados con su mochila, sus libros y su cara de cansado pero satisfechos de haberle sacado el máximo rendimiento al día.
Tener a un fantasma en casa siempre va bien porque son una especie de comodín que equilibra la convivencia cuando otro de los componentes hace notar su presencia por dos. Por otro lado, como tienen poco tiempo para hacerse cargo de sus tareas semanales, limpian lo mínimo pues creen que como no están nunca, tampoco ensucian.
El desacomplejado
Decimos el desacomplejado por no decir otra cosa… Es aquél al que no le importa desparramar sus cosas por todos lados, mostrarte todas sus intimidades, como por ejemplo, sus calzoncillos sucios tirados en el baño. Su habitación es un caos y cada día te preguntas cómo puede encontrar algo entre tanta montaña de ropa.
Lo más curioso de todo es que cuando le ves vestido a punto de salir de casa, parece la persona más pulcra del mundo, pero es solo una estrategia para desquiciarte. Su consigna es ‘dentro de todo caos existe un orden’ y tu quieres creer que en el fondo es un genio y que algún día será una eminencia y podrás decir que viviste con él, pero no te engañes, es solo un pensamiento que te repites para no matarlo cada vez que tienes que esquivar su ropa interior y recoger sus tazas con el culo del café reseco por toda la casa.
El niño de mamá
Es el típico niño o niña mimado que no ha salido nunca de casa y no sabe hacer ‘nada’ relacionado con las tareas domésticas, ni siquiera a nivel de supervivencia. Vive de los tupperwares que le prepara su madre etiquetados para que no se los roben y le lleva la ropa sucia porque no sabe poner la lavadora y ni hablemos de limpiar el piso, verle con la fregona en la mano es prácticamente un milagro. Habla con su familia varias veces al día y tú te preguntas: ¿de qué hablaran tanto? e incluso te hace sentir como un desarraigado. Tranquilo, probablemente tu madre entiende que te has hecho mayor y tienes tus cosas que hacer.
¿Qué te han parecido estos perfiles de compañero de piso? ¿Has convivido con alguno de ellos?
Foto : The Hippocket