Una cosa es vender un helado en verano y otra muy distinta hacerlo cuando cae la hoja. Cuando el sol aprieta ensalzamos sus propiedades refrescantes y cuando bajan las temperaturas destacamos su sabor, textura o quizá algún valor emocional vinculado a su consumo. Bien, pues con los pisos ocurre algo parecido. En las noticias inmobiliarias de Api.cat hemos recopilado algunos de los argumentos que pueden inspirarte para vender un piso en otoño.
Luz natural a raudales
Sin duda uno de los aspectos más atractivos de un piso suele ser que sea luminoso. Ocurre que si en verano quieres vender un piso en Barcelona en el que el sol incide durante toda la mañana, lo que tus clientes ven es un piso en el que van a pasar mucho calor. Sin embargo, esos mismos rayos de sol en otoño se agradecen. Y es que la calidez de la luz natural está muy valorada. Así que, ¿por qué no destacarla por encima de otras características del piso?
Cercanía de centros de educación
El mes de septiembre es el mes de la vuelta al cole. De modo que uno de las preocupaciones de la mayoría de los padres (potenciales compradores de pisos) es tener cerca colegios, centros de salud, parques… Es decir, todos aquellos servicios que necesitan en su día a día los más pequeños de la casa y, por extensión, sus progenitores. Y es que disponemos de tan poco tiempo para los desplazamientos que ten por seguro que tus clientes valorarán (y mucho) el hecho de tener a unos pocos metros de casa, el colegio, el ambulatorio y la tiendecita de barrio donde comprar a última hora. De modo que ahí tienes otro aspecto a destacar.
Posibilidad de compartir
No sólo reanudan los estudios los más pequeños, también los universitarios vuelven a las aulas. Además muchos de ellos se trasladan de ciudad para poder acceder a la universidad donde cursarán sus carreras. Así que, uno de tus potenciales clientes en esta época sin duda pueden ser los jóvenes que van a estudiar a la univesidad. Y es que muchas veces, un piso grande es difícil de vender, pero si enfocamos la estrategia hacia aquellos clientes cuyas necesidades quedarían cubiertas con un piso grande que contará con varias habitaciones, las posibilidades de firmar un contrato de compraventa aumentan.
Tranquilidad y buen precio
Pasados los meses de verano, las poblaciones costeras más turísticas se vacían prácticamente de un día para otro. Una circunstancia que convierte estos núcleos de población en lugares solitarios y aburridos para unos, pero también en el lugar perfecto donde otros encuentran la tranquilidad que no tienen en las grandes ciudades. Además, otro de los atractivos puede ser el precio, ya que entre agosto y septiembre, la diferencia puede ser considerable.
Como ves, tal y como ocurre con el helado que mencionábamos al principio de este post, para vender cualquier producto sólo hay que buscar la manera de que cubra la necesidad de alguien.
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