Liu Lingchao es un ciudadano chino que decidió echarse la casa a cuestas para volver a su ciudad natal tras más de 20 años fuera. Literalmente. Y como sabía que el viaje iba para largo, se la fabricó de plástico.
En la zona de Guangzhou y Shenzhen, a la que decidió emigrar para buscar fortuna, debe ser bastante popular. Y no es para menos. ¡Imagina cómo te sentirías si lo vieras pasar desde el balcón de tu piso en Manresa!
De hecho, los vecinos no pueden disfrazar su asombro cuando ven pasar a Liu con su casa, que es casi una prolongación de su cuerpo, a sus hombros. El habitáculo mide 1,5 m de ancho por 2,2 m de alto y pesa 60 kg. No es moco de pavo.
Desde hace más de 5 años, este humilde campesino de 38 años está recorriendo a pie los casi 600 kilómetros que separan Guandong (en el área de Guangzhou y Shenzhen) de su población de origen, Liuzhou, en la provincia de Guangxi. No ha aceptado la ayuda de las diversas personas que se le han acercado durante este tiempo, así que para poder subsistir recoge basura que posteriormente vende para su reciclaje. Pasa las noches en los márgenes de la carretera.
Claro está, una casa de estas características no le podía durar mucho, con lo que ha tenido que construirse ya tres. No sabemos durante cuánto tiempo este ‘caracol humano’ tendrá que transportar esta casa portátil, pero esperemos que llegue pronto a su destino.
Fuente: chinaSmack