Vivir de alquiler tiene su gracia. De hecho, los alquileres son máquinas de fabricar anécdotas y experiencias, que se suman a la mochila del inquilino en cada mudanza. Y en muchas ocasiones, más vale tomárselo con un poco de humor… En las noticias inmobiliarias de Api.cat creemos que estas son algunas de las cosas que has sufrido, seguro, tras vivir mucho tiempo de alquiler.
Los viejos inquilinos son como espíritus que permanecen
A no ser que alquiles un piso que sale al mercado por primera vez, serás uno más de los muchos inquilinos que han vivido allí. Y no solo lo sabrás, si no que recibirás constantes recordatorio. Como por ejemplo, abrir tu buzón y encontrarte correspondencia a nombre de 5 personas distintas; antiguos inquilinos que aún no han cambiado su dirección en el padrón municipal, ni en sus subscripciones a revistas, gimnasios, supermercados, etc.
Vives con miedo a las averías y desperfectos
Tras haber desembolsado de golpe: la fianza, el primer mes de renta y los honorarios del agente inmobiliario… solo piensas en ahorrar hasta las monedas de 1 céntimo. Además, vives con miedo a no provocar ningún desperfecto o avería para que, el día que dejes el piso de alquiler, tengas derecho a la devolución de la fianza. Es más, la entregas imaginando que es una especie de fondo de ahorros que algún día podrás recuperar y te dará una alegría inesperada, para que no te duela tanto.
Los olores no conocen de fronteras
No querido inquilino, no… los olores no conocen fronteras y la tortura puede tener distintas variables. Tan pronto te toca un vecino que no sabes qué cocina pero huele delicioso, como otro que acumula basura y cada vez que te lo cruzas en el rellano, quieres salir corriendo. Además, cuidado con las distribuciones de los pisos, porque si no hay una buena ventilación, el pollo que has asado en tu horno permanecerá en tu casa durante días…
Y los ruidos, tampoco
Acabas conociendo los horarios y rutinas de gran parte de tus vecinos porque los ruidos se cuelan por la paredes. Por ejemplo, está la vecina que sale de fiesta de jueves a domingo y llega de madrugada pisando fuerte con los tacones; el que escucha música a toda pastilla; la pareja que siempre discute a gritos; el currante que se ducha cada día a las 6 de la mañana… En fin, es como saber parte de su vida e intimidad, sin conocerlos.
Envidias el patio de tu vecino y lo espías siempre que puedes
¿Cuántas veces has tenido la suerte de poder alquilar un primer piso con patio o terraza? Sospechamos que no muchas, porque van muy buscados. Y es probable que desde tu balcón veas el patio de tu vecino/a, sus plantas, su sillón chill out y cómo se lo pasa cenando al aire libre… Qué envidia que te da… y te quedas ahí, apoyado en la barandilla de tu balconcito observando y auto convenciéndote de que tu próximo piso, tendrá terraza…