La Navidad está ya a la vuelta de la esquina y en Cataluña son tradicionales los mercadillos, en los que se exponen numerosos productos típicos de esta festividad e incluso se realizan representaciones propias como los belenes. Una celebración que sirve de excusa para engalanar las calles de las principales ciudades y de todos los municipios, donde se espera con los brazos abiertos la conmemoración del nacimiento de Jesucristo.
Si vives en Barcelona o en su periferia, por ejemplo, en estas fechas serás todo un privilegiado, ya que podrás gozar de una gran cantidad de eventos y actividades. Formarás parte de un entorno que se transforma en diciembre y que vive intensamente esta fiesta.
Es una época del año en la que merece la pena disfrutar del gran ambiente que se vive en ciudades como Barcelona o Girona, o localidades como Caldes de Montbui, Espinelves u Olot. Lugares en los que cada año, allá por el último mes del año, sus principales rincones acogen los tradicionales mercadillos navideños de Cataluña, muchos de los cuales cuentan con reconocido prestigio a nivel nacional.
Una fiesta singular en Cataluña
Cataluña es una región que cuenta con muchas tradiciones propias de las que se hace gala cuando llegan estas fechas. En pleno diciembre, el alumbrado de las calles, los balcones de las casas con un Papá Noel colgado, las ventanas decoradas con motivos propios de la Navidad, los árboles iluminados, los belenes en los que buscar la emblemática figura del caganer, los escaparates de las tiendas decorados y las prisas por comprar los últimos regalos son la nota común en unos días cargados de magia.
Propio de esta tierra es hacer cagar al tió, un tronco de árbol que es ‘alimentado’ durante semanas de caramelos y golosinas. Y el día 25, los más pequeños de la casa golpean con bastones o cucharas de madera mientras entonan villancicos para que el tió acabe soltando las chucherías que, posteriormente, se acabarán comiendo. ¿Has visto una tradición parecida en algún otro lugar del mundo?
Los pesebres vivientes, una tradición arraigada
No tienen su origen ni son exclusivos de esta comunidad, pero si disfrutas cuando el año empieza a tocar a su fin y te gustan todas estas tradiciones, entonces, has de visitar Cataluña para contemplar los pesebres vivientes. Algunas localidades son famosas por ello, ya que cada año se esmeran en dotar de mayor realismo a sus representaciones.
El de Corbera de Llobregat (Barcelona) es uno de los más conocidos, y para llevar a cabo esta recreación histórica participan más de 200 voluntarios. Un espectáculo en vivo digno de ser admirado.
Feria del Pesebre de Olot
Puede ser una excusa perfecta si estás pensando comprar un piso en la provincia de Girona o sus alrededores. En Olot, por ejemplo, cada año se celebra una Feria del Pesebre donde tendrás la posibilidad de hacerte con las clásicas figuras para adornar el Belén, así como llevarte a casa turrones y otros dulces propios de Navidad, el tradicional abeto o todo tipo de productos de artesanía.
Se celebra el primer fin de semana de diciembre, y paralelamente hasta el día de Reyes, en diferentes puntos de la ciudad se organiza la Muestra de Pesebres, que convierten a Olot en capital nacional de esta curiosa representación.
Feria de Navidad de Caldes de Montbui
Alrededor de 5.000 raciones del tradicional caldo de Navidad se reparten cada año en la cata popular, que es el acto más esperado de la Feria de Caldes de Montbui. Este caldo se cuece a fuego de leña y se cocina con agua termal, lo que le da un toque singular. Es una celebración que tiene 29 años de historia y más de 160 paradas invaden los callejones del casco antiguo de esta localidad del Vallés Oriental, en la provincia de Barcelona.
Ferias del Abeto de Espinelves y Sant Vicenç de Torelló
Desde 1981 los campesinos de Espinelves, una pequeña localidad gerundense de unos 200 habitantes, venden a los visitantes los árboles de Navidad que cultivan en las Guilleries. Una actividad que se ha hecho tradición y que ha provocado que esta feria sea la más importante de Cataluña.
Es un pueblo situado en la comarca de Osona por el que cada año pasan miles de curiosos para disfrutar de este festejo y, de paso, hacerse con su abeto para decorar en casa. Si tienes la intención de alquilar un apartamento en la zona, como por ejemplo en Sant Vicenç de Torelló, serás partícipe de una tradición que desprende mucha magia.
Precisamente, en esta pequeña localidad barcelonesa situada a orillas del río Ges se celebra otra Feria del Abeto de similares características, también muy conocida. No pierdes la oportunidad de pasar por la arboleda de Masjoan, la concentración de árboles monumentales más grande de toda Cataluña.
La Feria de Capones, otro de los mercadillos navideños de Cataluña más conocidos
En Valls, un municipio tarraconense de unos 25.000 habitantes, tiene lugar cada año la Feria de capones, aves y motivos navideños. Es un mercadillo muy típico y concurrido donde se puede encontrar una gran variedad de aves vivas, así como abetos, vinos y cavas, figuras para el Belén, dulces…
Para aquellos que prefieren recoger las aves listas para ser cocinadas, disponen de un servicio de matadero homologado. Los puestos se sitúan en la plaza de Blat y los alrededores del centro de la localidad.
Feria del Gallo de Vilafranca del Penedés
Si vas a comprar un piso en Vilafranca del Penedés, seguro que ya conoces su tradicional Feria del Gallo. Tiene lugar con motivo del día de Santo Tomás, el 21 de diciembre, y cada año atrae a un gran número de visitantes.
Su agenda de actividades es extensa, entre las que hay que destacar la Muestra de Cocina de Aves. La de la localidad barcelonesa es una de las ferias navideñas de mayor envergadura en Cataluña.
Feria de Santa Llúcia de Barcelona
Y si eres una persona más cosmopolita y prefieres alquilar un piso en Barcelona, tienes también la que se considera la Feria de Navidad más antigua de Cataluña. La de Santa Llúcia data del siglo XVIII y se instala en la Catedral. En estas fechas hay muchas otras ferias que se organizan en la ciudad, pero esta sin duda es la más significativa.