Durante los últimos años de la burbuja inmobiliaria, del 2006 al 2009, cuando la crisis era inminente, las entidades financieras comercializaron, entre otros productos, las llamadas hipotecas multidivisa. Años después los tribunales han tenido que pronunciarse ante las denuncias de los más de 60.000 afectados en España. Pero ¿Qué es una hipoteca multidivisa? y ¿Por qué es mala? Te lo contamos en api.cat
Una hipoteca multidivisa es aquella que permite pagar la deuda contraída con el banco con la divisa extranjera que el cliente escoja. ¿Y por qué alguien querría pagar su hipoteca, por ejemplo, con yenes japoneses? Porque se vendía como que de este modo, el hipotecado se ahorraba el euríbor. Lo que no sabían es que se estaban condenado.
En la venta de este producto, los bancos vendían las ventajas de reducir el tipo de interés, pero sin informar del riesgo de depender de la fluctuación de una divisa extranjera, ni del hecho de apostar contra la devaluación del euro en plena crisis económica.
Al comprar una casa en Barcelona, por ejemplo, contratando una hipoteca multidivisa, el cliente contrata la hipoteca en euros pero las cuotas y la amortización se recalculan periódicamente en la divisa elegida. Todo lo que baje el euro frente a la otra divisa supone una pérdida para el cliente. Resumiendo: Podía darse el caso de que, después de haber pagado las cuotas durante años, el cliente deba en euros mucho más del dinero recibido al contratar la hipoteca. ¿Un absurdo, verdad?
Se podría tener la tentación de pensar que aquellos quienes la contrataron sabían que corrían un riesgo, sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia les ha dado la razón al considerar que las hipotecas multidivisa no son un préstamos hipotecario común si no un complejo derivado financiero, de alcance internacional, del que debe informarse al cliente con rigor, según lo indica Ley del Mercado de Valores.
En otras palabras, haría falta tener conocimientos avanzados sobre el funcionamiento del mercado de divisas a futuros, cosa que prácticamente solo saben los profesionales que por su actividad, deben estudiar el comportamiento de los mercados internacionales y las divisas que rigen la economía mundial, para poder hacerse la idea del riesgo de esta hipoteca.
La cuestión es que las entidades financieras que comercializaron este producto ocultaron parte de la información relativa a las previsiones sobre la evolución de las tipos de cambio y del impacto que esto tendría en una deuda tan grande y tan larga como es el pago de una hipoteca.
En concreto, el Tribunal Supremo las calificó el pasado mes de julio de derivados financieros implícitos, altamente complejos, cuyos riesgos no son comprensibles para el común de los ciudadanos por lo que debieron informar de cuál podía ser el comportamiento previsible y probable del contrato según las previsiones que ellos manejaban y, en definitiva, cuidar de los intereses de sus clientes como si fueran los propios.
Aunque ya no se comercializan, muchas víctimas aún no saben que pueden emprender acciones judiciales para intentar pedir la nulidad de su hipoteca multidivisa.
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FOTO: BIT Comunicació