Las casas japonesas han estado siempre mediatizadas por la geografía del territorio. Terremotos, temperaturas extremas en verano, inviernos húmedos y lluviosos, y en las ciudades falta de espacio e incendios. En Api.cat te contamos cómo lo solucionan y cuáles son sus signos distintivos.
Para desaguar fácilmente la lluvia tienen los tejados muy inclinados. Los aleros sobresalen mucho alrededor de la casa, para proteger de los rigurosos calores del verano. El piso de la planta baja suele estar sobreelevado del suelo, para proteger de la humedad. Se afrontan los terremotos construyendo paredes delgadas y huecas. Además, los materiales son muy ligeros, como el bambú, la madera o el papel de los tabiques. La falta de espacio es proverbial en la ciudad, con casas afectadas por este problema como la de la foto, de una estrechez agobiante.
Históricamente la casa japonesa tradicional ha evolucionado desde la casa asiática sobreelevada del suelo, la rural donde compartían espacios tanto humanos como ganados, las aristocráticas dentro de un gran jardín, o las de estilo samurai cuya influencia aún perdura en las casas de largos pasillos con habitaciones a los lados. Pero hoy en día aires occidentales se han introducido en Japón, nuevos materiales y estilos son empleados con frecuencia. Técnicas antisísmicas novedosas proporcionan mayor protección frente a terremotos, y maderas tratadas con productos ignífugos lo hacen frente a los incendios. Casas modernas y vanguardistas compiten con las de mejor estilo de occidente, aunque siempre con un toque de minimalismo en la decoración de interiores.
Antigua o moderna, la casa japonesa tradicional dispondrá de un recibidor con un peldaño elevado para dejar los zapatos. Tendrá un vestíbulo interior y una pieza con suelo de tatami tradicional, con una mesa baja para comer sentados en el suelo sobre almohadones. El aseo y el baño estarán separados, y un jardín presidirá la casa. Formando parte de la decoración interior veremos arreglos de flores (ikebana) y muestras caligráficas. Otra peculiaridad es la falta de sótanos, bodegas y desvanes, así como de calefacciones centrales que suelen sustituir por pequeños artilugios de gas.
Pero la mayor singularidad de las casas japonesas es que las habitaciones pueden alterar su uso y sus medidas a voluntad. Los muebles son portátiles, los armarios se ocultan tras las paredes y las divisiones entre espacios son móviles. Así pues, donde hoy ponemos la sala de estar mañana acoge una reunión más populosa retirando divisiones y añadiendo más espacios, y lo que antes fue sala de estar ahora se convierte en dormitorio sacando los futones del armario.
Foto: Pinterest
Foto: Pinterest
Foto: Pinterest
Foto: Pinterest