En general, vivir en una ciudad, significa tener un amplio abanico de servicios, alternativas de ocio, un mejor acceso a la atención sanitaria, administrativa y encontrar una mayor variedad de empleos. Sin embargo, que todo el mundo decida irse a vivir a la ciudad no es sostenible. ¡Te explicamos por qué en api.cat!
A día de hoy, el 54% de la población mundial vive en zonas urbanas y según un estudio de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA), se prevé que en 2050 esta cifra aumente hasta un 66%. La población urbana crecerá aproximadamente en 2.500 millones respecto al 2014, alcanzando los 6.000 millones.
Según el estudio, son dos los factores que influyen en el aumento de la población urbana: la persistente preferencia de la gente por mudarse de áreas rurales a zonas urbanas y el crecimiento demográfico durante los próximos 35 años.
Los mayores incrementos de población urbana se producirán en India (404 millones), China (292 millones) y Nigeria (212 millones). En conjunto, estos tres países representarán el 37% del aumento previsto entre 2014 y 2050.
Otra impactante cifra que demuestra el rápido crecimiento de las áreas urbanas respecto al decrecimiento del mundo rural son las ‘megaciudades’, ciudades con más de 10 millones de habitantes. En apenas 24 años hemos pasado de tener 10 en 1990 a 28 en 2014, lista encabezada por Tokio, la ciudad más poblada del mundo con 28 millones de habitantes y seguida por Nueva Delhi, con 25 millones; Shanghai con 23 millones y México DF, Bombay y Sao Paulo con 21 millones cada una. ¿Te imaginas este crecimiento en Barcelona?
Pero éstos no son casos aislados si no la muestra de una tendencia que parece no tener freno. Es por este motivo que la ONU alerta de que gestionar las ciudades y hacer que sean sostenibles será uno de los grandes retos a afrontar durante este siglo.
El principal desafío pasa por poder atender las necesidades de todos sus habitantes tanto de acceso a la vivienda, como de infraestructuras, abastecimiento de energía, transportes y provisión de alimentos y servicios básicos, además de poder controlar el impacto que todo ello genere en el medio ambiente. ¡Casi nada!
La imposibilidad de abastecer las ciudades de todo esto ocasionaría una degradación de las condiciones de vida de sus habitantes y provocaría que surjan formas insostenibles de desarrollo urbanístico. Habitualmente, un rápido crecimiento urbano va acompañado de un aumento de la pobreza, del desempleo, de la escasez de viviendas dignas y de la degradación de los servicios, así como de una gran contaminación ambiental.
Con este panorama, ¿no te planteas irte a vivir al mundo rural? ¿Crees que este aumento de la población urbana mundial es sostenible?
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