Comprarse una segunda residencia para pasar la vacaciones es el sueño de muchas personas, ya sea un apartamento en la playa o una casa en la montaña. Es verdad que tras la resaca de la crisis aún se pueden encontrar viviendas a buen precio, pero tampoco es una decisión que puedas tomar a la ligera. Hoy, en las noticias inmobiliarias de Api.cat te sugerimos 5 aspectos que deberías considerar antes de comprar una vivienda vacacional.

Aspectos que debes considerar antes de comprar una vivienda vacacional
El objetivo
¿Con qué objetivo realmente quieres comprar una vivienda vacacional? Es solo para disfrutarla durante las vacaciones con tu familia ¿o también como inversión? Probablemente tu respuesta sea: ambas cosas. Perfecto, pero entonces debes buscar la vivienda con un enfoque más comercial. Es decir, no algo que baste para pasar 15 días con tu familia, tendrá que ser algo que, cuando lo quieras vender o alquilar para todo el año, también cumpla con las necesidades de ese otro uso.
Ubicación y frecuencia de uso
En general, quien decide comprarse una vivienda vacacional lo primero que tiene claro es dónde: porque hace años que veranea en ese municipio, porque tiene familia allí, porque se enamoró del lugar, etc. Eso está genial, pero luego hay que tener en cuenta que, cuánto más lejos esté de tu residencia habitual, menos uso le darás a tu casa de vacaciones. Porque no te compensará desplazarte para 1 o 2 días, etc. Entonces, pregúntate, ¿realmente vas a amortizarla? y ¿ese número de veces que vayas al año compensan el gasto que harías en un hotel o en un alquiler?
Investigar la zona y la comunidad
No está de más que, una vez te hayas decidido por una vivienda y antes de la compra, investigues cómo es el vecindario y la comunidad. Habla con otros vecinos, con los comercios de la zona, con gente que viva allí todo el año para averiguar si hay alguna cosa que podría hacerte replantear la inversión.
Gastos adicionales y mantenimiento
Comprarse un apartamento en la playa, por ejemplo, no es pagar la vivienda y ya está, también implica asumir los gastos asociados a la compraventa, los impuestos que pagarás toda la vida por ser propietario y asumir el coste del mantenimiento (averías, seguros, agua, luz, comunidad, etc.) ¿Has calculado a cuánto ascienden estos gastos fijos? ¿Crees que aún así te sale a cuenta?
El plan B: sacarle rentabilidad
Es muy habitual que, tras la etapa inicial de disfrute, el propietario se de cuenta de dos cosas: que no va tantas veces como quisiera y que los gastos fijos empiezan a pesar. Es entonces cuando uno se plantea sacarle algo de rentabilidad, como por ejemplo, cederla en alquiler temporal o vacacional. Es ahí donde el hecho de haber comprado una vivienda bien ubicada y con potencial turístico te puede salvar las finanzas.
¡Ten estos consejos en cuenta!