Estamos seguros de que la palabra plusvalía, es algo que te resulta conocido. Sin embargo, a pesar de que la escuchemos continuamente en conversaciones y en las noticias de los telediarios, muy pocos saben realmente a qué se refiere ni los efectos que puede tener.
Cuando hablamos de plusvalía, hacemos referencia a un impuesto que hay que abonar al ayuntamiento cuando se realiza una venta o una donación de un inmueble. En el caso de la venta, es la persona que vende la que tiene que pagar la cuantía que se estipule. Pero, si se trata de una donación, será la persona que recibe la propiedad la encargada de liquidarlo.
Las grandes problemáticas que ha generado este impuesto, y que lo han llevado a estar en primera plana de los noticiarios, vienen asociadas a los cambios que hemos experimentado en nuestro funcionamiento económico. Hasta hace unos años, se consideraba que la venta de una propiedad llevaba asociada un incremento de las ganancias sobre el precio en el que se adquirió. Sin embargo, la crisis cambió esta asociación y comenzaron a venderse propiedades por debajo del precio de compra. De ahí que saltara la polémica sobre la adecuación del pago del impuesto.
Además, debes saber que el valor de este impuesto variará de una comunidad a otras y se regirá por el precio del terreno en el momento en el que se realiza la transmisión y dela cantidad de los años durante los cuales la persona que lo vende o cede ha sido propietario. Para calcularlo se realizará una multiplicación del valor del terreno por los años que le corresponda y se le aplicará el porcentaje anual que lleve asociado. Por ejemplo, en el caso de Barcelona, para periodos de 5 años será del 3,7% y se aplicará el 2,8% hasta 20 años. Como norma se tendrán 30 días para pagar el tributo, salvo en caso de que exista una división judicial de la herencia, debiéndose comunicar dicha situación para poder paralizarlo.
Por último, debes saber que existen casos que están exentos de pago, como pueden ser la transmisión de inmuebles entre cónyuges.
