La eficiencia energética no es solo una cuestión doméstica, del bolsillo de los consumidores, también es un problema de Estado, Europeo y mundial. Para que la energía llegue a los hogares se necesita producirla o bien, comprarla al exterior. Eso genera dependencia de unos países respecto a otros, lo que es un auténtico caldo de cultivo para los conflictos geopolíticos. La Comisión Europea quiere reducir esa dependencia. Te contamos cómo en las noticias inmobiliarias de Api.cat
La Unión Europea importa aproximadamente el 53% del total de la energía que consume, (90% del petróleo, 66% del gas natural y 42% de combustibles sólidos como el carbón). La factura por importación energética se elevó en 2013 a alrededor de 400.000 millones de euros, lo que equivale a más de una quinta parte del total de las importaciones de la Unión Europea. Nada despreciable, ¿verdad?
La UE tiene una alta dependencia energética, sobretodo de Rusia, de quién obtiene un tercio de las importaciones de petróleo, el 39% del gas y el 29% de combustibles sólidos. Rusia es, además, el único proveedor de las importaciones de gas de seis países de la UE.
De ahí que la Comisión Europea (CE) haya presentado un paquete de medidas para reducir dichas importaciones y ganar en independencia y sostenibilidad. Una de las principales medidas consiste en optimizar la calefacción y refrigeración de los edificios e industrias, un sector que acumula el 50 % del consumo anual de energía en la UE.
¿Cómo lo harán?
- Facilitando la rehabilitación energética de los edificios
- Aumentando el uso de energías renovables mediante el apoyo financiero que Bruselas concede a través de los fondos europeos estructurales y de inversión.
- Reutilizando la energía residual de las industrias
- Eliminar el uso del carbón como fuente de calor en 2050, mientras que se potencia el uso de la energía eólica, solar o geotermal.
El plan de la Comisión toma como un ejemplo la ciudad de Gotemburgo (Suecia), donde el 90 % de los bloques de pisos reciben calefacción procedente de los residuos energéticos de la industria.
Beneficios del plan
Según la CE, la aplicación de esta propuesta beneficiará a todos los ciudadanos, que ganarán en calidad de vida, confort y salud. Además de contribuir a la sostenibilidad del medio ambiente y recortar el gasto energético de la UE.
La CE cree que se crearían el doble de puestos de trabajo que los generados por las energías convencionales y que se reduciría el gasto de energía anual en los hogares de 2.000 euros a 500 o de 1.500 a 300.