Puede que tu perro sea tu mejor amigo, tal y como reza el dicho. Pero, ¿has pensado que para tu vecino tu querido “Tobi” es su peor pesadilla? Y es que, si tu perro es de esos que cuando empiezan a ladrar, no saben cómo parar, ten por seguro, que debes tener a todo el vecindario de los nervios. Los ladridos de un perro, como cualquiera de los ruidos que rompen el silencio nocturno impidiendo el descanso, son uno de los motivos de confrontación más habituales en las comunidades de vecinos. Desde Api.cat, conscientes de este problema, dedicamos este post a nuestras queridas mascotas y sus ladridos.
Acabar con los ladridos “por las malas”
Si cada noche el perro de uno de tus vecinos, en Vilafranca del Penedés, ladra tanto y tan fuerte que no te deja ni oír la televisión, ni dormir, en principio, estás en disposición de poner una denuncia a tu vecino. Aunque, lo primero que has de hacer es consultar qué dicen las ordenanzas municipales de tu localidad al respecto, ya que, la protección del ruido dentro de la ciudad es competencia de cada ayuntamiento. Esto significa que son las administraciones locales las que deben hacerse cargo de medir, controlar y gestionar el nivel sonoro que soportan los ciudadanos en su término municipal. Son ellas las que, siguiendo las directivas europeas, la legislación nacional y regional, así como los consejos de la OMS, velan porque se respeten los límites auditivos, entre ellos los causados por los ladridos, permitidos en cada zona de su ciudad.
Y, ¿cuál es ese nivel? ¿En cuántos decibelios se ha fijado el límite a partir del cual es posible presentar una denuncia? Aunque, cada ayuntamiento es el que fija los decibelios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que a partir de los 65 decibelios el oído empieza a sufrir daño, bajando el límite hasta 40dB por la noche.
Sin embargo, aunque el ladrido no supere los decibelios permitidos, puede resultar incluso más molesto si se trata de un aullido compulsivo y continuo. En esos casos, en general, no podría ser objeto de denuncia, pero hay ordenanzas municipales que sí lo contemplan y castigan.
Poner fin a los ladridos “por las buenas”
A pesar de que existen estos cauces legales, lo cierto es que si queremos que cesen los ladridos del perro de nuestro vecino, y así poder volver a dormir a gusto, es posible que sean más efectivas otras vías, tales como intentar ayudar a nuestro vecino para que su perro deje de ladrar.
Existe un amplio abanico de posibilidades que pueden dar con la solución, como por ejemplo, contratar ayuda especializada para entrenar a su perro y que modifique su conducta.
En muchas ocasiones, conseguirás mejores resultados colaborando amistosamente con tu vecino para encontrar la causa de los ladridos y su solución que presentando un denuncia.
¿Tienes un perro que ladra en cuanto sales por la puerta? o ¿es tu vecino el que deja a su mascota en la terraza todo el día ladrando? Cuéntanos tu caso y qué medidas tomaste.
Fotos: BIT Comunicación