
Meditación en casa
¿Sientes que la presión del trabajo te deja cada día más cansado? ¿Estás viviendo una de esas etapas en la que vas con la lengua fuera y aún así no llegas a todo? Pues, por paradójico que te parezca, para conseguir atender a todo lo que te gustaría, en lugar de correr más, lo que deberías hacer es una parada en el camino para relajarte. Una de las formas más saludables de hacerlo es a través de la meditación. En las noticias inmobiliarias de Api.cat te explicamos brevemente en qué consiste y cómo puedes practicar una pequeña sesión de meditación.
¿Qué es la meditación?
Bajo este nombre se encuentran diversas técnicas que guardan un objetivo común: aumentar la sensación de bienestar reduciendo los niveles de estrés y, en última instancia, mejorar la salud.
¿En qué consiste?
Para practicar meditación no se necesita más que reservar un pequeño espacio en el que poder relajarse y, eso sí, al menos diez minutos en los que nada ni nadie te molesten. Otra de las ventajas que tiene es que no tienes por qué estar en casa o en un centro de terapias, hay quien practica meditación en el taxi cuando va al trabajo, en la cola del banco o mientras espera su turno en la carnicería.
Busca tu técnica
Si en tu piso de Barcelona tienes espacio, puedes utilizar una habitación para tus sesiones de meditación. Si no cuentas con esos metros, no te preocupes, como te hemos comentado, en absoluto es imprescindible.
Si no eres un meditador habitual, lo recomendable es que comiences por una sesión de unos diez minutos. Y es que, aunque te parezca poco tiempo, comprobarás que no es sencillo controlar tus pensamientos más allá de unos pocos segundos.
Existen numerosas técnicas de meditación, en algunas de ellas se repite un mantra una y otra vez en voz baja o en silencio. Esto se hace como forma para concentrarse, ya que, como decíamos es fácil que nuestros pensamientos nos distraigan impidiendo que nos lleguemos a relajar del todo. En otras técnicas, en lugar del mantra como método para concentrarse se fijan en la respiración y en cómo el aire entra en los pulmones o centran su atención en un punto de nuestro cuerpo, por ejemplo, el entrecejo o el centro del esternón.
En definitiva, se trata de escoger la técnica que te resulte más efectiva para mantener la concentración durante unos minutos.
Ponte cómodo
Cuando hablamos de meditar todos tenemos la imagen de una persona sentada en el suelo con las piernas cruzadas y los pies sobre los muslos. Lo cual, lejos de ser la postura ideal para relajarse, para muchos puede ser una auténtica tortura. Si tu flexibilidad no te permite este tipo de “contorsión”, no te preocupes. Lo realmente importante es que estés cómodo, que la postura no sea una fuente de dolor a los dos minutos de haberla tomado. Se puede meditar, tumbado boca arriba con las palmas de las manos mirando al techo, sentado en una silla con la espalda recta y apoyada, sentado como explicábamos en el primer ejemplo, e incluso, de pie.
Deja pasar los pensamientos
Elegido el lugar, la técnica y la postura, comenzamos la meditación. Ésta puede ser guiada o no. Si lo es, la voz de un instructor te indica lo que tienes que ir haciendo de modo que es más sencillo no perder la concentración. Si estás en casa, puedes escoger una de las muchas meditaciones guiadas que están colgadas en Internet.
Normalmente, esta voz te conduce hacia la relajación pidiéndote que respires de forma lenta y consciente, al mismo tiempo que dejas que tus pensamientos fluyan en tu mente sin detenerte en ninguno de ellos, dejándolos pasar.
Hay quien cierra los ojos para no distraerse o quien prefiere mirar a un punto fijo de la habitación o a la llama de una vela. No importa. El caso es centrarse en uno mismo e ignorar por unos minutos lo que ocurre en el exterior.
Intenta mantener tu atención de este modo durante unos diez minutos cada día y comprobarás cómo poco a poco te sientes mucho mejor y encaras el día a día con más optimismo y energías renovadas.
¿Has practicado meditación? ¿Crees que puede se útil para sentirse bien? Comparte tu opinión. Nos encantaría conocerla.