¿Te gustan las flores y los estampados? ¿Quieres para tu piso de alquiler en Barcelona un ambiente elegante, tranquilo y acogedor? Entonces decóralo al estilo provenzal. Proveniente del sur de Francia, refleja el fértil paisaje de la comarca. Color y luz, sol y flores, definen una decoración que siendo rústica, es mucho más liviana que ésta, y no tan austera. Desde Api.cat te explicamos en qué consiste.
Los muebles provenzales son siempre artesanales, resultado simplificado de los estilos Luis XIV, XV y XVI. Presentan contornos ligeramente curvados, molduras discretas (siempre presentes pero poco acusadas), y patas curvadas acabadas en un pequeño detalle. Destaca la profusión de butacas, algunas tapizadas en capitoné embotonado, que se combinan con sillas de mimbre y muebles rústicos antiguos sencillos de pino o maderas nobles, también con baúles y arcones que sirven de mesa de centro. Para los cajones, ligeros herrajes en latón, hierro o bronce de diseño retro, y las habituales sencillas molduras.
En los dormitorios de estilo provenzal encontraremos camas de hierro, de maderas nobles o con cabeceros de capitoné. Se usan doseles románticos, con ropas de cama bordadas, colchas delicadamente tejidas, y multitud de almohadones, junto a mesitas de noche altas y estrechas.
Se hace mucha vida en las cocinas de estilo provenzal, por ello son grandes, con zona de comedor. Las paredes visten azulejos blancos (mejor colocados en diamante), y los suelos mosaicos en damero, con alfombras de sisal. Los armarios de madera, con barandillas torneadas, están decapados o patinados. Contienen vajillas de porcelana decorada con dibujos de flores o pájaros, al igual que los textiles. Los visillos son de crochet estilo café. Incorporan una chimenea rústica si no la hay en el salón, y se dejan vistas las vigas del techo, resaltando la madera, igual que en el resto de la casa.
En los baños de estilo provenzal hay griferías de estilo antiguo en bronce, bañeras con patas, armaritos moldurados o alacenas antiguas. Se adornan con visillos de crochet, toallas bordadas y complementos de metal, cristal, cerámica y mimbre. Como en las cocinas, se usan azulejos blancos y suelos en damero.
Para los textiles se usa el algodón, con estampados románticos y florales de colores vivos o simplemente crudos, combinados con bordados y crochet. Para las alfombras, sisal o lana. Grandes cortinas con estampados de cachemir, visillos muy ligeros y transparentes, con barras y varillas de forja poco adornadas.
En las habitaciones las notas de color las dan los complementos: se escoge una gama monocromática para la mayoría de las habitaciones, generalmente tonos crudos blanco o beige, y para algunas tonos pastel, sobre todo en los colores del paisaje exterior: azul, verde y morado. Los papeles pintados son estampados, florales o de pájaros. Las pinturas tienen acabados mates, envejecidos, decapados y patinados, los muebles están barnizados en tono claro o pintados en blanco o pastel. Los suelos de terracota o piedra con formas geométricas, o de madera noble de tono medio, están semicubiertos con gruesas alfombras.
Por doquier se colocan arreglos florales, sobre todo con lavanda (típica de la zona, pinta los campos de morado), u hortensias. En cualquier rincón veremos búcaros con flores frescas o secas: mesitas auxiliares cubiertas con varios floreros distintos (jarros, jarras de metal esmaltado o cerámica antigua, macetas, viejas regaderas, etc.), también plantas secas colgando tras las puertas o en la cocina.
Sobre los complementos, diremos que se estilan: lámparas de brazos, con tulipas de cristal preferiblemente en forma de flor o vela, con lágrimas, pequeñas lámparas de mesa y apliques de forja, y faroles en exteriores. En la decoración de paredes vemos platos de cerámica, espejos, fotos antiguas o cuadros de paisajes o bodegones, todos ellos con con marcos de madera o metal oscuros, muchos de forma ovalada. Se ponen mantas sobre baúles y reposabrazos, almohadones, revisteros de mimbre, fruteros y velas. Para revestir la chimenea triunfa la piedra, los morillos, pantalla, etc. son de nuevo en sencilla forja, y los leñeros de mimbre.
Si tu vivienda tiene porche o patio, coloca ligeros muebles de la omnipresente forja con textiles florales, y muchas macetas. La puerta de acceso al exterior, rústica, lucirá espectacular con macetones, sujetapuertas y salvabarros de forja con formas de animales. Las ventanas que se abren a este ambiente se decoran con flores y postigos pintados a juego con la puerta, en azul, verde o morado. La zona exterior es una pieza base de las casas provenzales, así como el jardín, en el que se verán bien plantas de porte alto, arbustos de flor, árboles, y arcos o emparrados.
Esta decoración, a la vez cálida y fresca, invita a la naturaleza a entrar en la vivienda y convivir con sus habitantes. Si la escoges para tu casa de alquiler en Sabadell, seguro que estarás muy satisfecho de tu elección.
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