Las últimas tendencias en decoración de mesas apuestan por un estilo sencillo, con un toque natural, original y colorista. Incorporan nuevos materiales como el yute o la pizarra, y por encima de todo, prima la originalidad.
Los clásicos arreglos florales en forma de bouquet de flor cortada, muy simétricos, están desbancados por la flor natural silvestre e incluso los ramajes, tanto frescos como secos. Pueden combinar perfectamente con frutas frescas y en otoño cáscaras, como las de nuez o piñas.
En lo tocante a floreros, priman formas simples y materiales sencillos como el mimbre, la madera y el típico contenedor de cristal grueso que puedes encontrar en los almacenes de todo a un euro.
Las mantelerías recargadas ceden su lugar a manteles individuales y caminos. Se estila también prescindir de ellos, sobre todo en mesas de madera, para potenciar el toque rústico, colocando directamente sobre la mesa bajoplatos de mimbre o pizarra, lo más moderno.
Las mesas con una copa de cada clase en fila interminable son el pasado, un par de copas máximo por comensal es lo que se lleva.
Las velas son casi omnipresentes, en todas sus variedades: con candelabros individuales, en portavelas bajos, o flotantes en vasos con agua que puede incorporar pétalos de flores.
El color, siempre protagonista, opta por tonos pastel delicadamente rústicos, o contrastes brillantes, muy juveniles.
La originalidad es el principal protagonista: una simple pinza de tender con una flor natural puede convertirse en un marcador de sitio. Un bote de cristal reciclado es un fantástico portavelas o florero, y un mantel individual de patchwork de algodón hará nuestra mesa única.
Con todo esto, y desde luego una buena comida y mejor compañía, la cena en tu ático de Barcelona será perfecta.
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