Decidir hacer un cambio de vida, comprar una finca rústica y mudarse al campo para disfrutar de un entorno más natural puede sonar como música celestial para muchos. O quizás eres un urbanita declarado y solo lo contemplas como una opción para pasar los fines de semana en familia. Sea como fuere, si quieres invertir en una finca rústica, hay ciertas cosas que deberás considerar.
Y es que a pesar de los muchos beneficios para la salud que conlleva la vida rural, no todo es idílico cuando hablamos de comprar una finca rústica. Comprar una masía a las afueras de Viladrau no es lo mismo que comprarse un piso en el centro de Barcelona, hay ciertos aspectos que quizás antes no te habías ni planteado y que debes tener en cuenta antes de proceder con la transacción si no quieres llevarte sorpresas desagradables.
1. La ubicación y el acceso
Vale que quieras aislarte de la vida urbana pero si quieres conservar las visitas de familiares y amigos, valora que entrar y salir de tu nueva casa rural no sea una odisea. El acceso debería ser bueno y seguro, no solo para que te vengan a visitar, también es por tu comodidad y por si algún día tienes una emergencia u otras necesidades de movilidad.
En esta línea, también es conveniente que la finca esté cerca de algún núcleo urbano, aunque sea un pequeño municipio, para tener los servicios básicos a mano.
2. Agua, luz e internet
Parece una obviedad pero tiene su qué. Por ejemplo, los servicios de agua y alcantarillado son obligatorios por ley en los cascos urbanos pero en las fincas rústicas, si están muy apartadas, pueden depender de pozos particulares o incluso no tener el servicio en el momento en que la vas a comprar. Existen mecanismos legales para solicitar al Ayuntamiento al que pertenezca la finca que dé servicio, pero esto no quiere decir que sea gratuito para el solicitante.
En cuanto a la luz, puede ser que necesites contar con un generador independiente para emergencias o averías, puesto que una caída del servicio eléctrico seguro que no se resuelve con la misma celeridad en el centro de Tarragona que en Vespella de Gaià.
Por este motivo, asegúrate de que la finca que quieres comprar tenga servicio de agua, luz y telefonía, si quieres estar localizable.
3. La recogida de basuras
Ya puedes asumir que no será como salir y tirar la bolsa en un contenedor ubicado a menos de 20 metros de tu portal. Al vivir en una finca rústica, según lo apartada que esté, deberás transportar tú mismo la basura hasta los contenedores del municipio más cercano.
4. Los nuevos vecinos
¿Hay otras casas rurales alrededor? ¿Quiénes son? ¿A qué se dedican? No queremos plantearte el escenario de una película de terror con un vecino inquietante, pero ya que vas a estar más solo que la una te conviene saber a quién tienes cerca y a qué se dedica. Más que nada porque tu sueño de vida en paz podría verse truncado si resulta que te vas a vivir al lado de una finca agrícola con los tractores y otras maquinarias a toda marcha durante la mayor parte del día…
5. Planes de construcción el la zona
No serías el primero que se compra una finca rústica, la reforma, se pone a vivir y al año el Ministerio de Fomento decide que por ahí va a pasar una nueva autopista… Por este motivo, muy importante que te informes de posibles planes de construcción de infraestructuras en la zona. Te recomendamos que contrastes la información de la finca en más de uno de estos organismos municipales y autonómicos:
- Confederación hidrográfica
- Comunidad de regantes
- Gerencia de urbanismo
- Área de vías pecuarias
- Distribuidoras varias
- Departamento de carreteras
- Área de espacios naturales protegidos
¿Te han parecido útiles estas consideraciones sobre las fincas rurales? ¿Las habrías tenido en cuenta?
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