¿Tienes algún biombo en casa? Entonces sabrás que se trata de un mueble funcional donde los haya. El biombo se usa en decoración por su utilidad, economía y belleza. Realizados en todo tipo de materiales, la mayoría de biombos se usan como separadores de ambientes, pero te contamos cuántas cosas más puedes hacer con ellos.
– Climatizar:
Se originaron en Asia: el primero fue el biombo chino, y después el japonés. La naturaleza de sus viviendas hacía necesario poner una barrera al aire que entraba por las puertas, y por esta función se le llama paraviento.
Sirve también para lo opuesto, es decir, si tenemos una ventana sin cortinas o persianas, podemos instalar delante un biombo de grueso material y reducirá la pérdida de calor.
– Aislar:
Si no tienes doble ventana y tu vecino estudia música, uno de corcho frente a la ventana o junto a la pared te ayudará a amortiguar el ruido.
En caso de que tengas una pantalla de ordenador en la que se refleja la luz del sol, un biombo opaco resuelve el problema.
– Iluminar:
Se pueden adquirir paneles modulares iluminados para que, tras unir varios, obtengamos un biombo que nos ilumine la zona en la que lo situemos, por ejemplo, un rincón de lectura.
Otra opción mucho más económica: partiendo de uno hecho de material transparente o mejor aún translúcido, lo cerramos sobre sí mismo. Obtendremos un prisma en cuyo centro podemos colocar una luz, y con ello una lámpara que se convierte otra vez en biombo en segundos. Esto es muy práctico, por ejemplo, cuando el biombo está dividiendo el salón, para tener una fiesta lo quitamos y de paso tenemos una lámpara extra.
Si queremos hacer una división sin perder la luz natural, usando un biombo de madera calada, cristal, metacrilato o papel de arroz, conseguiremos el efecto buscado.
– Agrandar:
¿Tienes un piso de alquiler en Badalona, y encuentras algún ambiente un poco pequeño? Con uno de espejo multiplicarás el espacio.
– Sustituir otra pieza del mobiliario:
Son tan versátiles que pueden cumplir el papel de otra pieza. En el dormitorio podemos usarlo de cabecero, de espejo, o bien en un rincón delante del armario como minivestidor. En el salón, uno corto puede servir de pantalla para la chimenea, ocultar el televisor o hacer de cuadro. Uno de metal con imanes, corcho o pintura de pizarra hará de tablón.
– Crear espacios temporales:
El hecho de que sean móviles, livianos y plegables hace que se pueda generar un ambiente temporalmente. Por ejemplo, con uno zen y un almohadón podemos crear un rincón de meditación, y al terminar, biombo plegado y almohadón guardado. Fenomenal.
– Dar intimidad:
¿La valla de tu jardín no es lo bastante alta? Usa el porche tranquilamente cerrándolo con uno de ratán o resina. Si te falta alguna cortina, líbrate de las miradas de los vecinos abriendo el biombo. En caso de que tu habitación de invitados sea un sofá cama, agradecerán un biombo de muchas hojas rodeándolo.
– Ocultar:
El hueco de la escalera lleno de trastos, una pared deteriorada o una puerta de baño mal situada no son problema, el biombo lo arregla. En el porche úsalo para tapar la barbacoa o la ropa tendida. Si tienes una cocina americana sin recoger, uno grande y opaco te dejará el salón impecable. ¿Aún te quedan tres cajas sin abrir desde la mudanza? Apiladas tras un biombo ajustado tal vez las olvides.
– Resaltar:
En un gran espacio con paredes desnudas, aportarán color y calidez. Pueden centrar la atención, ya que diseñadores y artistas hacen piezas espectaculares. Una pieza de arte sobre una mesita con un biombo detrás resaltará mucho más.
– Incorporar otros elementos:
Con ranuras en el sitio apropiado, una vez abierto en zigzag se colocan tablas en ellas y conseguimos estantes. Se les puede incorporar un reloj, un revistero o una jardinera, y con ganchos o ejes, marcos para fotos, e incluso focos en la parte superior.
– Decorar:
Admiten todo tipo de materiales, colores, formas y medidas. Con estas condiciones se adaptan a cualquier tipo de decoración, ya sea clásica o ultramoderna, minimalista o rústica.
Hay biombos muy originales hechos a base de materiales reciclados, que puedes hacer tu mismo sin coste. Por ejemplo, con ramas. Otros son de mucho valor económico y estético, como los biombos japoneses antiguos pintados a mano.
– Cambiar la decoración:
Las dos caras del biombo no tienen porqué ser iguales. Así podemos alternarlas, una cara informal para diario, y un revés más formal para recibir visitas, o el anverso de color fresco y chillón para el verano, y el reverso de colores más cálidos para el invierno.
Esperamos que haya sido ilustrativo. Si después de leerlo has salido corriendo a comprar uno para tu dúplex de alquiler en Sabadell, cuéntanoslo en un comentario.
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