Una vivienda o un negocio con un mal aislamiento energético es una fuente de pérdida de dinero. Una especie de agujero negro por el que cada año tiras cientos de euros gratuitamente. Si los pudieras contabilizar y multiplicar por todos los años que llevas viviendo en esa casa de Mataró o arrendado ese local comercial de Barcelona, estamos seguros de que no tardarías nada en tomar medidas.
Sin embargo, solemos dejarlo pasar creyendo que el despilfarro no es tanto. Pero en una vivienda mal aislada, las perdidas de energía en invierno pueden oscilar entre un 25% y un 35%, lo que se ha bautizado como ‘hipoteca energética’. ¿Convencido?
Empezar a hacer reformas aleatoriamente es una opción y mejor que nada, pero quizás no es lo más óptimo. Para eso están las auditoría energéticas, un estudio riguroso de los costes energéticos para cada caso en particular.
Una auditoría energética puede hacerse sobre cualquier inmueble: una vivienda, un local comercial, una nave industrial o todo un edificio… en definitiva, se trata de saber por donde se pierde energía y qué medidas se deberían tomar para optimizar su gestión. El objetivo del estudio es minimizar los costes energéticos sin disminuir el confort climático.
¿Qué se analiza en una auditoría energética?
Los especialistas en eficiencia energética analizan una serie de parámetros con la ayuda de equipos de medición de última tecnología, concretamente evalúan:
- Los hábitos de consumo de las personas que integran el lugar
- Los equipos de calefacción y climatización
- Los equipos eléctricos
- Los sistemas de iluminación
- El aislamiento térmico de la instalación
Sobre todos los equipos, el informe debe incluir, además, las características técnicas y su antigüedad. Seguramente, algunos de los consejos finales pasen por comprar electrodomésticos nuevos con la máxima eficiencia energética.
¿Y una vez tienen todos los datos?
Los analizan detenidamente para desarrollar las propuestas concretas de reformas que tendrías que hacer para optimizar el consumo de energía que estás pagando.
Las medidas pueden ir desde tener que realizar obras como el cambio de ventanas y cerramientos, a un simple cambio de tarifa eléctrica porque el estudio ha detectado que no se está usando la que más se ajusta a tus hábitos de consumo.
Si el estudio lo hace una empresa seria y competente, incluirá además, un informe de viabilidad económica para que sepas cuánto te costará poner en práctica las mejoras y en cuánto tiempo amortizarás la inversión respecto al ahorro energético.
Recuerda que en algunas comunidades autónomas existen ayudas para realizar reformas que tengan en cuenta la eficiencia energética y que esto se va a convertir en un nuevo activo inmobiliario. Es decir, cada vez más, las personas interesadas en comprarse una casa valorarán su calificación energética como un factor decisivo. Es lógico, estamos hablando de ahorrar dinero. ¿No crees?
Foto: Pinterest