Es un tema que empieza a ser recurrente en el sector y del cual te hablamos muy a menudo en las noticias inmobiliarias de Api.cat. No es por capricho, es porque la protección del medio ambiente se está convirtiendo en un imperativo para todos los sectores económicos, también para el inmobiliario.
A día de hoy, el 54% de la población mundial vive en ciudades y las Naciones Unidas prevén que en 2050 esta cifra aumente hasta un 66%. Es decir, que la demanda de viviendas, oficinas, locales, etc. previsiblemente, crecerá a medida que aumente la población urbana. Entonces, ¿cuánto más habrá que construir para satisfacer esa demanda?
Teniendo en cuenta, además, que a nivel global, la construcción inmobiliaria consume 32% del total de energía y es responsable del 19 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, el debate sobre la sostenibilidad en el sector ya resulta ineludible. Y aunque es un problema global, hay regiones donde el problema es más significativo que en otras. Por ejemplo, según estimaciones del Banco Mundial, América Latina tiene una cuota de responsabilidad clave en este problema, porque en el continente, 8 de cada 10 habitantes viven en ciudades, los edificios consumen el 21% del agua tratada, el 42% de la electricidad y causan el 25% de las emisiones de CO2.
Las empresas constructoras deberán cambiar su enfoque
Existe la falsa creencia entre la inmensa mayoría de los promotores inmobiliarios de que, construir de forma sostenible es hasta un 30% más caro que construir como lo han hecho hasta ahora. No obstante, eso no es del todo cierto; los expertos calculan que sólo resulta alrededor de un 3% más caro y no lo consideran un coste negativo, si no una inversión, ya que construir de forma eficiente permite reducir el consumo de energía de los edificios, viviendas o locales. Por lo tanto, es un valor añadido que también suma a la hora de vender estos activos.
Para demostrar que la construcción sostenible es rentable para todos los implicados, el IFC, brazo financiero para el sector privado del Grupo Banco Mundial, ha creado un software gratuito llamado EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies), que ayuda a los promotores inmobiliarios a calcular dónde pueden ahorrar energía y agua, y cómo esto les beneficia a ellos y a los futuros propietarios.
Otra solución pasa por utilizar materiales reciclados y reciclables para la construcción. Hay que enterrar mitos, como por ejemplo, que las casas con estructuras de madera son más frágiles que las casas de ladrillo y cemento. Y para muestra, te recordamos cómo es la casa sostenible más alta de Barcelona.
Por otro lado, la tecnología debe convertirse en un aliado. Hoy tenemos tecnología suficiente para hacer edificios de consumo prácticamente nulo. La arquitectura bioclimática, los modernos sistemas de tratamiento de aguas y energías renovables como la solar o la geotérmica, solo son algunos ejemplos.
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