¿Ha crecido la familia y quieres pasarte a vivir en un chalet en Girona? ¿Habéis adoptado un perro y crees que es el momento de tener una casa con jardín? Sea cuál sea el motivo, si estás pensando en mudarte de un piso a un chalet, hay varias cosas que deberías tener en cuenta. ¡Veámoslas!
1. ¿De alquiler o de propiedad?
¿Hasta ahora vivías de alquiler en Cambrils y vas a comprar? ¿Tu piso es de propiedad y te pasas al alquiler? o ¿vendes el piso para comprar el chalet? Según cuál sea la situación de la que partes, tendrás que hacer unas cuentas u otras: calcular cuánto obtendrás si vendes o qué porcentaje de lo que cobrarías de renta por tu piso te serviría para pagar la renta del chalet. Esto es importante para saber a qué tipo de chalet puedes aspirar.
Si compras, recuerda que hay toda una serie de gastos añadidos en la compraventa de una vivienda, como por ejemplo, el notario o las escritura, si hay hipoteca. Esto muchas personas no lo tienen en cuenta hasta que se lo encuentran.
2. ¿Adosado o unifamiliar?
Vivir en un chalet adosado tiene ventajas e inconvenientes. Por un lado puede ser que escuches demasiado a tus vecinos y que sientas que te falta intimidad, por el otro, quizás a nivel de seguridad te da más tranquilidad saber que vives en una comunidad con más familias, sobretodo si tienes hijos. En cualquier caso, es una cuestión muy personal que te conviene sospesar para decidir qué prefieres.
3. El tamaño de la casa aumenta, pero los gastos también
Con la bajada de precios, muchas personas a las que la crisis no les ha afectado substancialmente, han decidido aprovechar para alquilar una casa en lugar de un piso, por eso de tener jardín y piscina. Pero cuando empiezan a llegar las facturas… Quizás el precio de la renta mensual te pareció muy atractivo por ser un chalet pero como más grande es una casa, más gastos tiene asociados. Esto es así y debes saberlo para sacar cuentas. Por ejemplo:
- Para empezar, al ser una casa necesitarás más potencia eléctrica y eso encarece mucho la factura mensual, cosa que notarás especialmente si vienes de un piso. Y así como la luz, el agua, la calefacción…
- Si se trata de una comunidad de casas adosadas con piscina, tendrás que conocer cuánto pagan de comunidad y quién lo asume si es de alquiler. Y si tienes piscina propia, mantenerla y llenarla también es un gasto a considerar.
- El impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) puede ser muy traicionero para los que viven en un chalet, recuerda que este impuesto se calcula según el valor del inmueble y el tipo impositivo que se aplica en cada municipio. Es decir, que si estamos hablando de un chalet muy grande delante de la playa en Tarragona, querrás saber cuánto es el IBI antes, seguro.
4. Más tamaño y prestaciones = más trabajo
Al igual que los gastos, el trabajo que da un chalet también crece con su tamaño. A no ser que decidas pagar a otras personas para encargarse de la limpieza y el mantenimiento del jardín, te tocará hacerlo a ti y verás que te exige mucho más tiempo y esfuerzo que un piso.
5. La seguridad
Hay chalets ubicados en zonas alejadas del núcleo urbano y que además, están bastante solitarios. Otros están a tan solo un paseo del centro del municipio. Aún así, el estar más aislado implica que eres más vulnerable ante los robos. Este es otro factor a considerar si te preocupa la seguridad, pues tendrás que valorar la necesidad de poner un buen sistema de alarma o contratar un buen seguro de hogar.
6. Más tranquilidad, pero mayor dependencia
Al estar alejado del meollo, puedes disfrutar de más tranquilidad y detalles tan preciados como por ejemplo, aparcar delante de la puerta de tu casa. Esto para muchos es sinónimo de calidad de vida sin embargo, conlleva otro lado no tan positivo: eres más dependiente del coche para casi todo.
¿Estás de acuerdo con estas consideraciones?
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